ROMAN POLANSKI
![]() |
Las puertas que se van cerrando sobre el protagonista en Venus Fur |
Ayer vi Six Degrees of Separation
(1993), adaptación de una obra de teatro a cargo de Fred Schepisi, que bucea en
los secretos, mentiras y banalidades de la clase alta neoyorkina, ya se sabe
esos poderosos profesionales liberales (médicos, abogados…) cuya vida consiste
en un continuo salto de fiesta en fiesta. Hoy vi en cambio Rosemary’s Baby (1968).
Quizás la película más emblemática de Roman
Polanski, ese hombre llamado pecado. En el último mes he visto además, Death
and the Maiden (1994) y su último film, Venus Fur (2013). Las
tres son unos thrillers psicológicos increscendo
construidos en base a escupir las miserias del ser humano. Y los tres discurren
casi (el primero tiene más escenarios) en torno a un único espacio. En Rosemary’s Baby el edificio diabólico,
en Death and the Maiden, la casa perdida
en un país latinoamericano post-dictadura, en Venus Fur, un decrépito teatro parisino. Nadie maneja la puesta en
escena en un espacio cerrado y asfixiante como Polanski. Ni tampoco nadie se
mueve tan bien como él en las aguas turbias de la maldad humana.
Volviendo a Six Degrees of Separation, me pasé las dos horas de película, sobre
todo la primera de ellas, la mejor, la del discurso más claro, pensando, ¿qué
hubiera hecho Polanski con este material? Hubiera hecho algo más oscuro,
enfermizo e hipnótico. Le falta a la película mucha personalidad, también un
protagonista (Will Smith haciendo de torturado joven psicótico gayer sensible e
inteligente, no, simplemente no) creíble en su ambigüedad, y dirigir la trama
directamente hacia el final (la subtrama con Heather Graham es un error). Six Degrees of Separation punza, pero no hiere.
En Carnage
(2011), Polanski, en único espacio (con homenaje incluido a El ángel exterminador de Luis Buñuel), un piso de un matrimonio de
clase media-alta, ponía negro sobre blanco la crisis de la burguesía (otra vez
Buñuel), del matrimonio y la familia como instituciones a la deriva, del
clasismo y la condescendencia con la que cierta clase de hombres pululan por el
mundo. Todo eso en único espacio. Y la película era sobre todo, fluidez. Nadie
mueve la cámara como Roman Polanski entre las cloacas del alma. Ni nadie es
capaz de lograr que el espacio psicológico que se va estrechando en torno a los
personajes, haga que nos olvidemos de que nosotros también estamos atrapados en
único espacio, finito y limitado. El mensaje que vomita su cámara al final es:
no hay prisión más angustiosa que la mental.
Si en la cinta de Schepisi se
observa, desde la ironía, a sus personajes con cariño, con piedad, podríamos
decir, en las películas de Polanski que he mencionado pasa todo lo contrario. Los
personajes que las habitan están podridos por dentro porque dejan que sus
miedos o sus más bajos instintos los gobiernen. Son una amenaza que Polanski
nos arroja a la cabeza. Estos podéis ser vosotros. Podéis dejaros llevar por el
sexo más enfermizo como en Bitter Moon (1992) o por la ambición
de poder más desmedida como en The Ghost Writer (2010). El mal
habita en todos nosotros. A veces incluso, literalmente, como en Rosemary’s Baby. Y no hay escapatoria.
Por eso los personajes de Carnage no
pueden llegar más allá de la puerta del ascensor, o por eso Mathieu Amalric se
ve forzado a hacerle la audición a Emmanuelle Seigner en Venus Fur. Somos prisioneros de nosotros mismos, y eso lo traduce
Polanski a imágenes a través del espacio físico, entablando una poderosa
conexión entre la psique humana y el mundo exterior. Al final, todo es una
representación. En su cine el angustioso espacio no es más que la plasmación
del terror que tenemos encerrado en nuestras almas.
Pd1: Me faltan muchas películas
de Polanski por ver, ojalá vea todas pronto.
Pd2: Para la mayor fan de Roman
que conozco.
No te has planteado estudiar periodismo?
ResponderEliminarNo, esa carrera sólo la hacen los gilipollas
EliminarMe ha gustado especialmente esta entrada en el blog :)
ResponderEliminarAún no sé el porqué de que no haya terminado con la filmografía de Polanski a día de hoy, pero si tuviese que sugerirte alguna sin duda sería Repulsión o El quimérico Inquilino. En esta última también podrás ver a Polanski como actor.
De las películas que he visto suyas, El Quimérico Inquilino es de las más duras y aterradoras. Una paranoia en estado puro. Indiferente no te va dejar.
jajajaja gracias pequeña :)
Eliminartengo muchas ganas de ver esas 2 sí, y Frenético también. Otras como Oliver Twist o Piratas me dan mucha pereza jajaja. Pero El Quimérico Inquilino muchas ganas, que sé que te encanta ;)