SHAMELESS - Cuarta Temporada
El domingo Showtime emitió el último capítulo de la cuarta
temporada de Shameless, ese drama familiar que hace de la miseria white trash
amor y risas. Sin duda la entrega más dramática de los Gallagher. Titubeó en
los primeros capítulos, con un mar demasiado en calma y el viento soplando a
favor. Alcanzó su primera cima a mitad de temporada con la explosión de Fiona.
Tuvo algún capítulo de entretiempo que sí que no en el ¾, para al final del
partido pisar el acelerador y entregar dos de los más brillantes y desoladores
episodios de la serie, esas pequeñas maravillas llamadas Emily (4x11) y Lazarus
(4x12).
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A partir de aquí spoilers de todos los colores sobre la season 4 de esta jodida maravilla |
Analizando la temporada en su conjunto nos encontramos con 5
grandes tramas, de las que intentaré hablar una por una:
1) Frank y su camino hacia la muerte
Empiezo diciendo que es la única gran trama que no compro de
esta temporada. La batalla de Frank (ese monstruo de la interpretación llamado William H. Macy) por sobrevivir con un hígado a punto de
explotar, tenía como trama dos problemas serios que la lastraron, por un lado
credibilidad, por el otro emotividad. En primer lugar todos sabíamos que Frank
no iba a morir, William H. Macy no se iba a ir de la serie y su personaje no
iba a morir, salvándose, como así fue, sobre la bocina. En segundo lugar, y aún
poniéndonos en el caso de que nos creyéramos que sí se moría, su muerte carecía
de emotividad. Frank es un gran personaje, uno de los personajes más divertidos
de la televisión actual, lleno de fuerza, un borracho mal padre y que actúa
siempre con malicia al que deberíamos odiar pero que nos hace reír como pocos.
Sí, amamos a Frank, pero no nos podemos implicar emocionalmente con él, es un
puto bastardo, y por eso funciona como recurso cómico y fuente de males
familiares, pero como ser al que amar con nuestro corazón, con el que sufrir,
no. Es como si Tarantino pretendiera que en Inglorious Basterds nos importara
en el plano emocional el coronel Lauda (Christoph Waltz). No, simplemente no.
Me destroza más el corazón Fiona rompiéndose una uña que Frank muriéndose. La
gracia de Frank, su constante hipocresía, su deliciosa malicia y sus sermones y
chascarrillos demagogos han brillado por su ausencia. Una pena, por suerte
sabemos que para el año volverá el Frank de siempre, esa maravillosa secuencia
con Chicago al fondo y el lago congelado nos lo ha dejado claro. En el haber le
reconozco que el personaje de Sammy me parece una buena incorporación (aunque
fue de más a menos), que en el penúltimo capítulo cuando estaba confundido tras
la operación su secuencia con la niña moribunda del hospital sí que me llegó al
alma y que al final dio un sentido a Sheila, esa maravilla de personaje al que
este año han maltratado (esto último es aplicable a V y Kev).
2) El paso a la adolescencia de Debbie (y Carl)
Arrancó la temporada con una Debbie (Emma Kenney está creciendo muy bien) sumida de lleno en la
edad del pavo, insoportable, irreconocible. Decidieron lanzarse a una piscina
llena de tiburones introduciendo en su trama un novio-no-novio mayor de edad,
lo cual era perturbador para los espectadores y peligroso para el equipo de
John Wells. Y lo que parecía que sería un cataclismo tornó a mitad de temporada
en una trama muy interesante, arriesgada, pero interesante. Debbie ya no es una
niña, posiblemente nunca lo fue, ahora es ya una mujer, de la tontuna hiper
hormonada del arranque hemos pasado, sobre todo tras el crash de Fiona, a una
Debbie mucho más madura que ha funcionado muy bien como segunda de a bordo de
Lip en el manejo del hogar Gallagher, y que a la vez sigue siendo una
adolescente embarrada en los celos y en esa complicada relación con un chico
que simplemente no puede ser su novio porque es demasiado mayor. En cuanto a
Carl, que, no nos engañemos siempre ha sido “el otro Gallagher” (sin contar el
bebé multi-interpretado) pasó de ser el fiel escudero de Frank, una trama que
le impedía evolucionar, a comenzar a descubrir su adolescencia también junto a
una novia en una situación de desamparo aún mayor, una especia de Fiona
adolescente.
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Y con estas perlas de amor todo el puto cap, toda la puta temporada |
3) Mickey e Ian
Terminamos la anterior temporada con Mickey (Noel Fisher tiene un gran futuro por delante) casado e Ian (Cameron Monaghan ha tenido menos ocasiones de lucimiento este año) suplantando la identidad de Lip para alistarse en el ejército. Por suerte a
mitad de temporada recuperamos a Ian, o alguien a caballo de una euforia
constante que se le parecía, y su compleja relación con Mickey, que se fue
cocinando hasta el 4x11 cuando estalló para hacer que nuestro corazón saltara
de la emoción. Si hay un personaje que ha evolucionado esta temporada es Mickey
Milkovich. Si antaño se movía a caballo entre el amor por Ian y la homofobia,
cuando creyó haberlo perdido, saltó hacia adelante. Si nos dicen que Mickey nos
iba a dar alguno de los momentos más emotivos, sentidos y profundos de
Shameless hace un año, no lo hubiéramos creído. Mickey ya no tiene miedo.
Mickey quiere estar con Ian. Tras la euforia del 4x11 ha llegado la necesaria
resaca de final de temporada. Tras ese estado de éxtasis constante en el que
danzaba Ian, ha llegado la más honda depresión. La historia de amor entre estos
dos, sube de liga, ya no es un problema de homofobia, ahora es un problema de
salud mental. Ian puede haber heredado de su madre una bipolaridad psicótica
que hace que pase de la euforia a la depresión. Si antes teníamos un drama de
amor adolescente, ahora tenemos un drama adulto más típico de un matrimonio. Si
siguen escribiendo esta relación tan bien como hasta ahora, podemos
encontrarnos ante un tratamiento de la bipolaridad y del amor incondicional
maravilloso.
4) La madurez de Lip
Antes del crash de Fiona teníamos a Lip (soberbio Jeremy Allen White) dejando atrás su
cabezonería autodestructiva e intentando equilibrar su carrera estudiantil y su
independencia económica. Tras el crash, Lip sumó a ese complicado cóctel el
cargo de cabeza de familia. Si en la tercera entrega deseamos ir a Chicago a
darle dos collejas y que espabilara y saliera de ese drama de mujeres al borde
de un ataque de nervios en el que estaba metido entre Karen y Mandy, este año
iríamos a darle un abrazo y agradecerle la estabilidad que nos ha aportado. Lip
es definitivamente un hombre adulto. Su relación con Fiona ha sido quizás el
pilar central de la serie este año. Tras el accidente con la cocaína que casi
le cuesta la vida al bebé Gallagher, Lip fue extremadamente duro con Fiona. La
forzó hasta el límite. La castigó. Y Fiona se merecía ser castigada. Pero tras
el enfado inicial al final llegó la comprensión. Sin Fiona no habría clan
Gallagher. Sin Lip tampoco. Ambos deben conducir a esta familia rodeada de
miseria. Por eso que tras la decepción que se llevó Lip con Fiona llegara la
reconciliación, el perdón y el cariño, el motor de esta familia, fue tan potente
dramáticamente. En las orillas de este camino hacia la madurez de Lip, surgió
su nueva novia, controladora hasta la locura y de clase bien que lo tiene a
cuerpo de rey. La repetición de lo que vivió Fiona con Mike, un hombre por el
que no sentía amor pero que le aportaba estabilidad económica. Al final los Gallagher
son los Gallagher, y en lugar de dejarse guiar por lo que les conviene,
terminan renunciando a ello por lo que en realidad desean. Eso significa la
aparición de Mandy en la cafetería mientras él está rodeado por el grupo de
amigos de su novia.
5) El camino a la perdición de Fiona
Fiona (un Emmy para Emmy Rossum, por favor) terminó la tercera temporada sin Steve-Jimmy pero con
un nuevo hombre y un buen y estable trabajo. Todos sabíamos que eso no iba a
durar porque volviendo a lo de antes, la estabilidad y la tranquilidad no están
en el ADN Gallagher. Y no. Todo saltó por los aires cuando se metió por el
medio el drogadicto hermano de Mike y Fiona pecó dos veces, una en el plano
amoroso-sexual y la otra en el del consumo de drogas. Su camino a la perdición
la llevó a que bajo su vigilancia su hermano pequeño consumiera cocaína y
estuviera al borde de la muerte. No solo su relación y su trabajo, sino también
su familia volaron por los aires. Pero sobre todo ella misma voló por los
aires. Si Ian tiene sobre sí la larga sombra de la bipolaridad de su madre,
Monica, Fiona tiene la de Frank, esa adicción a las drogas y a la
autodestrucción sin ningún tipo de control de daños previo. Esta ha sido la
trama que ha hecho que la temporada sea tan trágica. Fiona es el corazón de la
serie, el motor principal que tira de ella. Si el motor se resiente, todos nos
resentimos. Quería abofetearla y abrazarla a la vez. Es duro ver a alguien que
quieres caminar inexorablemente al abismo. Tras romper la condicional, Fiona
recuperó el amor de su familia pero perdió la libertad. Por suerte, como Dios
aprieta pero no ahoga, la resolución (más o menos, porque el miedo a la
adicción al riesgo sigue ahí, latiendo) de esta trama lanza un mensaje de
optimismo. Tras su breve estancia en la cárcel, Fiona le dice a Lip que todos
los errores cometidos no han sido culpa de la peligrosa herencia de Frank. Que
ha sido culpa suya, que todos somos responsables de nuestro devenir, y que ha
aprendido la lección. Estoy tocada, pero
no hundida. En la temporada más dramática y con menos estallidos de humor he
terminado también yo estando tocado. Los Gallagher duelen, porque ante todo
Shameless es una serie, que más allá de lo bien escrita e interpretada que
está, te hace sentir. Es una serie construida sobre sentimientos.
PD1: Ojalá le vaya muy bien en los Emmy con el cambio (la Academia pasándose sus propias normas por el forro) a comedia en su temporada más dramática. Sobre todo, a Emmy Rossum, claro.
PD2: No voy a decir nada del cliffhangazo con el que nos obsequiaron en los créditos. Sólo, que es El Bien.
PD1: Ojalá le vaya muy bien en los Emmy con el cambio (la Academia pasándose sus propias normas por el forro) a comedia en su temporada más dramática. Sobre todo, a Emmy Rossum, claro.
PD2: No voy a decir nada del cliffhangazo con el que nos obsequiaron en los créditos. Sólo, que es El Bien.
Muy bien y muy de acuerdo, sobre todo en que se han marcado un gran sprint final y nos dejan con ganas de muchísimo más otros 9 meses!!
ResponderEliminarViva El Bien!! <3 <3
Y si nos fallan los Emmy siempre nos quedarán los Emmy alternativos ;)
jajajaja tú eres la mayor fan-seguidora de El Bien y también un poco meiga entre "lo de Veterano" y esto jajajajaja, a partir de ahora tus deseos serán la ley xD
ResponderEliminarjajajaja los Emmyalternative serán de uoplagrado :) (pd: muchas ganas de tener otra serie para comentar en familia :) )