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lunes, 7 de septiembre de 2015

Emmsyalternatives 14/15 V: Actores de Comedia

Actor de reparto

6. Andre Braugher por Brooklyn Nine-Nine
De los 6 nominados de los Emmys sólo incluyo a dos en mi lista, uno de ellos es Braugher y en la última posición. Este veterano de la televisión logra que su imperturbable capitán sea pura comedia desde la más impasible seriedad. Es la pareja perfecta para Andy Samberg pero además funciona como un reloj con todo el reparto.



5. Noel Fisher por Shameless
Ser un capullo entrañable no es una labor fácil. Fisher lo logra gracias a la expresividad de su cara. Puede dar miedo y acto seguido resultar muy dulce. Ser un criminal para después parece un perro apaleado. Tiene además una gran vis cómica. Si le dan buenos papeles puede llegar a ser un actor muy interesante, tiene múltiples registros.


4. Robert Michael Morris por The Comeback
Conseguir transformar a un personaje como Mickey que es a priori una mera caricatura (peluquero con pluma) en una persona llena de sentimientos, desternillante y querible tiene mucho mérito. Morris no tiene miedo a nada, ni a hacer el completo ridículo ni a exponerse emocionalmente. Es un trabajo valiente. Y gracioso, muy gracioso.


3. Tituss Burgess por Unbreakable Kimmy Schmidt
No ha habido este año una secuencia con la que me haya reído más que con el videoclip de Peeno Noir. Ni una sola. Aún a día de hoy cuando estoy triste me la pongo y acabo llorado, pero de risa. Burgess está divertidísimo en Unbreakable Kimmy Schmidt. Esa mezcla entre inocencia y cinismo lo convierte en un personaje muy especial. Podría haber sido un desastre porque es un personaje muy extremo y que puede llegar a resultar irritable. Sin embargo funciona. Burgess es descacharrante y  a veces, hasta emotivo. Sería un fantástico ganador del Emmy.

2. Chris Pratt por Parks and Recreation
Ahora que el prattismo se ha convertido en una corriente de amor masivo por la figura de Chris Pratt, la nueva y resplandeciente estrella de Hollywood, puede parece oportunista defender el trabajo del actor en Parks and Recreation. Sin embargo, ante todo resulta pertinente hacerlo. Pratt ya era un gran actor cómico mucho antes de dedicarse a hacer action hero socarrones. De hecho, en Parks demuestra que es capaz de manejar tan bueno ese humor irónico y arrogante como uno más entrañable y hasta bobalicón. Su Andy no podría ser más diferente que sus personajes en Guardians of the Galaxy y Jurassic World. Y ahí reside el mérito. Es más, Pratt está mucho mejor en Parks que en esos dos blockbusters, en mi humilde opinión. Por encima este año tuvo un capítulo de total lucimiento: el descacharrante e imaginativo The Johnny Karate Super Awesome Musical Explosion Show.

1. Cameron Monaghan por Shameless

Sólo hay dos actores doble nominados en esta patraña que son mis Emmysalternatives, uno es Jon Hamm (era tan obvio que lo iba a meter en actor de drama que no lo considero spoiler), el otro es Cameron Monaghan, que además de interpretar al Joker en Gotham afrontó su temporada más compleja y lucida en Shameless. Desde el capítulo uno de la temporada vemos como Ian comienza a romperse. Termina por explotar y al final comienza a reconstruirse. Todo un viaje por lo doloroso y terrible que resulta ser bipolar. Lo difícil que es tanto para uno, como para la gente que te quiere. Cómo afecta a las relaciones familiares y amorosas. Cómo te despoja de tu independencia, de tu libertad. Monaghan expresa de forma fantástica toda la catarata de sentimientos que sufre su personaje. Es maravilloso lo que logra.

Actor

6. William H. Macy por Shameless
En las últimas temporadas venía sosteniendo que Frank estorbaba ya en Shameless. Sin embargo en esta última entrega le han dado un arco propio muy interesante, como acompañante de una joven doctora hacia la muerte por culpa de un terrible cáncer terminal. Y H. Macy ha sabio exprimir al máximo esa historia. Gracioso, canalla, divertido y sensible. Dotando a Frank de una nueva capa de profundidad.

5. Andy Samberg por Brooklyn Nine-Nine
El humor es algo muy personal. A mí, hoy por hoy, pocas personas me hacen más gracia que Andy Samberg. Da igual que los chistes no sean buenos (aunque en B99 suelen funcionar), su mera cara, cuerpo y forma de hablar y gesticular me hacen gracia. Y aunque la serie ha logrado construir un gran plantel de personajes secundarios, él sigue siendo la estrella del show.


4. Jonathan Groff por Looking
En mi opinión, Jonathan Groff ha demostrado en esta temporada de Looking que es algo más que una cara angelical. Ha tenido momentos cómicos y dramáticos muy interesantes. Pero sobre todo dónde se ha lucido ha sido en los momentos incómodos. A mitad de temporada Patrick pronuncia un speech en su fiesta de disfraces terrible. De hecho tuve que parar el capítulo porque me resultaba incomodísimo ver como se inmolaba ante todos sus amigos. Y gran parte del mérito es de Groff, por lograr que resulte creíble.

3. Chris Messina por The Mindy Project
Gran parte del éxito de The Mindy Project radica en la química entre Kalling y Messina y en el sorprendente punch cómico de éste. El actor ha hecho tan suyo a Danny Castellano que en todos y cada uno de sus gags lo borda. Se lo conoce al dedillo. Sabe ser a la vez rancio e ingenioso, duro y tierno. Es puro carisma.



2. Louis C.K. por Louie
Todos los que me conocen saben lo mucho que yo admiro a Louis C.K. Ha sido mi guía vital en el último lustro. Otro año más ha vuelto a estar descomunal en su serie interpretando a una versión de sí mismo en estado de crisis permanente. Y ahí radica el mérito del trabajo de C.K. como intérprete. No está siendo el mismo, está construyendo una versión de sí mismo que no es la real, para hablar de las cosas que le atormentan. ¿Cómo sería yo si mi vida fuera a la deriva? ¿Si estuviera insatisfecho? ¿Si fuera infeliz? Tanto en el terreno cómico como en el dramático es un trabajo maravilloso.

1. Jeffrey Tambor por Transparent
Jeffrey Tambor ganó este Emmy hace ya un año, cuando Amazon puso a disposición de sus clientes Transparent, una serie que supo leer el problema de los derechos de las personas transexuales y adelantarse a un debate que hoy en día está muy candente, tanto en el terreno artístico como en el socio-político. Desde aquel momento Tambor tiene el Emmy porque su interpretación de Maura es de esas que marcan una carrera y que calan fuerte en los espectadores. Es un trabajo delicado, lúcido, serio y emocionante. Una genialidad. Casi un milagro. Si a eso le unimos que Jeffrey Tambor es un gran actor televisivo que aún no ha ganado el Emmy, su victoria es inevitable.

martes, 30 de diciembre de 2014

Mis sophomores de 2014

Una de las gracias de esta lista es comprobar cuantas series de mi top 10 de rookies de 2013 (I y II) están en esta lista de las mejores series de segundo año. El resultado de la comparación es bastante positivo. Sólo se han caído Masters of Sex y Orphan Black, que desde luego han pegado un bajón de calidad muy fuerte en sus segundas temporadas. Tampoco está Dates porque al final resultó ser una miniserie. A las 7 que repiten se suman 3 series que no metí en mi top de novatas el año pasado, las británicas My Mad Fat Diary (no la había visto), In the flesh y The Fall (no tenía claro que fueran a tener segundas temporadas aunque ya se hubieran anunciado, vivo en inopia).

10. Rectify (Sundance Channel)
La primera serie de Sundance Channel, una apología radical de la slow-tv, se ha confirmado este año como una rotunda serie de autor. A mí no me ha fascinado tanto como en su soberbia primera temporada, quizás la noté demasiado empantanada, por eso pasa del 4º puesto al 10º. Aún así, es un placer poder ver obras de este calibre, de esta osadía, como este relato sobre un condenado a muerte que sale de la cárcel, y como sus fantasmas interiores y sus enemigos exteriores lo muelen a palos. A él y a su familia.

9. Brooklyn Nine-Nine (FOX)
El año pasado la puse en el décimo puesto más como un voto de confianza que por haber demostrado merecerlo. Está feo echarse flores, pero acerté. Brooklyn Nine-Nine desde diciembre de 2013 no ha hecho otra cosa que mejorar hasta consolidar su estilo de humor y las dinámicas entre los personajes. Llegados a este punto voy a atreverme a decir que es mi sitcom favorita en antena (sin contar a Parks and Recreation). Larga vida a Jake Peralta and associates.

8. In the flesh (BBC)
A muchos la primera temporada de In the flesh nos conmovió. Yo la devoré en un tren en medio de Castilla e hizo que mi largo viaje fuera más corto y más bonito. Era una historia de zombies inteligente, diferente y sensible. Aún así, su segunda temporada me despertaba muchas dudas. Los primeros capítulos no me gustaron mucho, pero una vez que entré de lleno en la historia, o más bien en los regates de la misma, me volvió a ganar. Tengo muchas ganas de ver cómo la conducen en su tercer año. Gracias, BBC.

7. Orange is the new black (Netflix)
La dramedia de Jenji Kohan pasa del 4º en mi lista de rookies de 2013, al 6º puesto en esta de alumnas de segundo curso. Ya sin el efecto novedad, la serie ha logrado mantenerse a un altísimo nivel, sobre todo gracias a una poderosa villana, Vee, y una aún más grandiosa rival, Red. Ojalá el tercer año sea, por fin, el de las latinas.

6. The Fall (BBC)
Sin duda alguna The Fall (más allá de los finales de Sons of Anarchy y The Newsroom) ha sido la gran sensación seriéfila del final de año. Todo son alabanzas para estre thriller psicológico-policiaco protagonizado por Gillian Anderson y Jamie Dornan. Este toma y daca entre un asesino en serie muy perturbador y la detective obsesionada con darle caza. Pocas series son más perturbadoras. Pocas por no decir ninguna. Parecía difícil mantener la tensión (y el aire enfermizo) del primer año, pero no sólo lo han logrado, sino que la han multiplicado. Excelente.

5. My Mad Fat Diary (E4)
¡Qué serie más maravillosa! Triste, graciosa, tierna, ingeniosa. ¡Y qué música! Le haría el amor con todo el cariño del mundo a su BSO. La historia de caída y catarsis de Rae (soberbia Sharon Rooney) me impactó muchísimo. Una de las series con las que más disfruté este año. Sin duda. Con su final aplaudí de felicidad. Ojalá más series así, series que te insuflen la necesidad de vivir, de tener esperanza.

4. The Americans (FX)
En su segundo año esta historia de unos espías soviéticos viviendo el american way of life en la era Reagan, ha consolidad su estilo (narrativo, ideológico) en este segundo año. A The Americans le da igual ser anticlimática, zambullirse en cuestiones peliagudas como la religión o ser fría como el hielo. A mí también me da igual, mientras siga siendo un drama tan sólido, y sobre todo tan interesante, que te crea tantas dudas interiores.

3. Please Like Me (ABC2)
En ninguna lista veréis a la serie de Josh Thomas en una posición tan alta. Yo mismo reconozco que es muy cuestionable colocarla en este podio por delante de series como The Americans o The Fall. Pero no he podido evitarlo. Sin duda Please Like Me ha sido uno de los más cálidos y graciosos happy places de mi año. Me ha abrazado y me ha hecho sonreír cuando más lo necesitaba. ¿Tiene defectos? Sin duda. Pero se los perdono todos porque conecto mucho con ella. Y más este año, gracias a esa historia de amor imposible. Thomas no es tan profundo como Lena Dunham, pero es más tierno. Sube 3 puestos desde el 6º lugar del año pasado.

2. Hannibal (NBC)
El año pasado dije que era la 9ª mejor serie de estreno. Este año la coloco de 2ª en esta lista. Creo que la evolución está clara. El crecimiento de Hannibal ha sido descomunal. Abandonando el formato procedimental se ha vuelto una serie más contundente, más redonda, mejor planeada. Una joyita audiovisual (esa fotografía, esa música, ese trabajo de dirección), jodidamente retorcida. Que las dos series más perturbadoras de la televisión: The Fall y Hannibal, cuenten en sus repartos con Gillian Anderson no puede ser casualidad. Y menos teniendo en cuenta que Anderson viene de X-Files.


1. House of Cards US (Netflix)


Pues sí. House of Cards fue mi rookie de 2013 y ahora es mi sophomore de 2014. Para mucha gente es una serie fallida, grandilocuente, condescendiente y pretenciosa. Posiblemente tengan razón. Pero también es, por lo menos para mí, una ficción brillante sobre las tinieblas del poder. Sobre el ansia de poder. Ha sido la serie que he devorado este año con la necesidad de un yonki robando morfina. A mí me encantan los thrillers políticos, desde luego soy un espectador cautivo. Es una serie que disfruto y que no quiero que termine nunca. El ascenso de Frank Underwood en la ciénaga política de Washington ha sido toda una experiencia. Veremos qué tal se le dar mantener lo conquistado.

Mención especial: The Comeback (HBO)


Al igual que todas las series de esta lista, The Comeback emitió su segunda temporada en este 2014, sin embargo, no fue su segundo año de vida, ya que la primera temporada se pudo ver en HBO en el verano de 2005. En una de las resurrecciones más sorprendentes (y necesarias) que yo recuerde, la serie de Lisa Kudrow (mis respetos) ha vuelto para hacerme feliz. Una sátira metatelevisiva divertidísima e inteligente. Homenaje y crítica furibunda a la basura televisiva, a la comercialización de la vida y a la banalización del mundo del espectáculo. Valerie Cherish es, para mí, un icono televisivo.

viernes, 22 de agosto de 2014

Emmysalternatives 13/14 V: Series de Comedia

En los Emmys sólo nominan a 6 series, pero teniendo en cuenta que ellos no ven nada y yo veo muchas cosas, me voy a poner en modo Oscar, y hacer una lista de 10. Mis 10 comedias (y "comedias") favoritas del año.

10. Parks and Recreation

No fue, desde luego, la mejor temporada de Parks and Recreation, tuvo bastantes capítulos muy olvidables. Y aún así sigue siendo mi happy place por excelencia. Esa serie que me abriga como si fuera una manta suavecita y me hace feliz durante 20 minutos semanales. Y aún así tuvo capítulos muy buenos como el de la despedida de Ann y Chris o lo season finale doble con twist a lo bestia de cara a la séptima y última temporada. Quizás el problema de este sexto año en Pawnee fue que al estar Leslie muy perdida profesionalmente la serie se resintió, careciendo de la dirección hacia adelante que siempre le imponía su protagonista.



9. Community

Había muchas expectativas puestas en el regreso de Dan Harmon a Community, y quizás por ello mucha gente se sintió decepcionada. Estoy de acuerdo con que quizás pasado el ecuador de la temporada se sintió muy fatigada la serie. Sin embargo volvió a ser la Community que era antaño, con los mismos logros y los mismos problemas. Vamos, sublime en su irregularidad, pasando de capítulos soberbios (el de Fincher, el de la lava, el de la red social…) a otros que no aportaban nada. Ya se sabe, Community es mejor cuanto más experimental y meta se pone. Al final sí… habrá Six Seasons… y posiblemente And A Movie.



8. Brooklyn Nine-Nine

La nueva serie del hombre detrás de Parks and Recreation, Michael Schur, fue la gran perjudicada en el terreno de la comedia de las nominaciones a los Emmys. No entró ni en la categoría reina ni en mejor actor protagonista, dos premios que logró en los últimos Globos de Oro. Más alla de eso, Brooklyn Nine-Nine es el mejor estreno de una sitcom de network desde la temporada de Modern Family y Community. Tuvo unos primeros capítulos a los que les faltaba cocción, que quemaban demasiado a su protagonista y no terminaban de perfilar a los secundarios. Sin embargo pronto lograron que la dinámica grupal (elemento clave de toda comedia) funcionara como el mecanismo de un reloj perfectamente calibrado. Y a partir de ahí la serie fue una gozada. Divertida, original, entrañable, traviesa. Muchas ganas tengo de ver como sigue en su segundo año.



7. Modern Family

Parece que este año sí, que este año termina la dictadura de Modern Family en los Emmys y no logrará su quinta victoria consecutiva. De las favoritas a destronarla hablaré más abajo. Aún así, quizás esta haya sido la mejor temporada que ha tenido la serie en los últimos 3 años. Los personajes y los actores siguen funcionando a las mil maravillas (sobre todo sus interrelaciones) y ha tenido un par de golpes dramáticos que le han dado mayor profundidad a la serie sin restarle comicidad. Además de Under pressure del que ya hablé ayer, hay que destacar su maravilloso viaje a Las Vegas (¡ese juego de puertas!) o la season finale doble con la boda de Mitch y Cam.


6. Broad City

Alguien me preguntó cuáles fueron las series con las que más me reí en la temporada 13/14 y mi respuesta fue “Veep y Broad City”. Llegué a esta serie tras leer muchas cosas buenas de ella en Twitter y con la temporada ya finalizada. Me la ventilé en 2 días, intentando no devorarla de un tirón. Por lo tanto fracasé estrepitosamente. Broad City es la serie que más se aproxima al tipo de humor que yo tengo: negro, sucio, absurdo y muy autoparódico. Por eso ya en el segundo capítulo estaba totalmente enamorado de la serie y recomendándola a varias amigas. Mi frase-slogan para venderla era: es como sería Girls si fuera una comedia de verdad. Estas dos chicas piden a gritos cruzarse con las de la serie de Lena Dunham e ir a perrear todas juntas una noche. Y que en el transcurso de la misma pasen una sucesión incalculable de desventuras ligadas a la maría, el sexo y la vergüenza ajena.


5. Orange is the new black

Primera candidata que suena con fuerza para destronar a Modern Family tras su victoria en los Critic’s y el buzz obtenido gracias al estreno de su segunda temporada. Sin duda OITNB sería una gran vencedora si se impone el próximo día 25. Es una serie contundente, adictiva, muy entretenida. Se consumen sus capítulos como si fueran pipas. Ha dado una gran visibilidad a las actrices negras y latinas y ha construido una galería de personajes femeninos descomunal. No es una serie redonda, tiene sus aristas, al fin y al cabo ha salido de la mente de Jenji Kohan (Weeds). Pero está hecha con mucho corazón y con un gran sentido del espectáculo. Su enorme fandom la avala. Necesitaba una serie como ésta.


4. Shameless

Es curioso ver como justo en su temporada más dramática, Shameless salta a las categorías de comedia (tras una excepción de las “normas” de la Academia). Nos hizo pasar el invierno con el corazón en un puño. Si Fiona cae, caemos todos, y Fiona esta temporada no hizo otra cosa más que precipitarse hacia el abismo. También Ian o Debbie tuvieron tramas muy tristes, además de que V y Kev, que siempre son un alivio cómico, tuvieron menos peso. Aún así entre las tragedias de los Gallagher si coló ese humor tan gamberro, con tanta mala baba, típico de la serie. Mickey, Hank moribundo, la aventura universitaria de Lip… fueron tramas que ayudaron a relajar la tensión cuando la serie se volvía cada vez más oscura. Una cuarta temporada sensacional que deja un terreno bien abonado para que la quinta entrega sea igual de sólida.


3. Girls

No por ser previsible es menos indignante, en su temporada más sólida hasta la fecha Girls se ha caído de la lucha por el Emmy a mejor comedia del año. Frente a la irregularidad de los dos años anteriores este año la progresión de la serie ha sido más consistente yendo de menos a más según los personajes iban profundizando en sus conflictos. Tener a la relación entre Hannah y Adam como pilar maestro le permitió a Dunham perfilar una temporada que tratara temas bastante serios como la muerte, la familia, la amistad con el paso del tiempo, o cómo evolucionan las relaciones de pareja serias. Y aún así quizás sea el año de Girls con el que más me he reído, Hannah tuvo en su trabajo y antes con la publicación de su ebook momentos realmente hilarantes. Tan oscura y retorcida como siempre, Girls volvió a salir al ruedo para no dejar títere con cabeza de esta generación nuestra que va a la deriva.



2. Veep

Si hay que otorgarle el título de Most Improved Player este año a una serie sin duda sería a Veep. ¡Vaya salto de calidad ha pegado! Ya la segunda temporada fue mucho mejor que la primera, pero es que esta tercera ha sido descomunal. Negrísima, cínica hasta límites insospechados e hilarante. Tiene los diálogos más lapidarios de la televisión. Es una crítica mordaz a la política, o más bien a la basura que corrompe la política. Hace una radiografía de Washington como una enorme cloaca que ni House of Cards. Tiene un fantástico grupo de secundarios a cada cual más incompetente y peculiar. Y… además, tiene a Selina Meyer, el retrato más certero de político vacío por dentro y que es todo sonrisa por fuera. Todo el mundo debería ver Veep, aunque sólo sea por ver como reparte ostias a diestro y siniestro. Si hubo una serie de la que no hice reflexión de final de temporada y se lo merecía, fue esta serie, pero no tuve tiempo material aquellos días. PD: Veep es la otra gran candidata a desplazar a Modern Family.


1. Louie



No sé muy bien qué decir de Louie que no haya dicho ya antes de ayer, ayer, o cualquier vez anterior. La conexión emocional que entablo con esta serie no la consigo entablar con ninguna otra. No hay serie que me rompa los esquemas tanto y de una forma tan devastadora. Cuando una serie te hace reír a carcajadas y a la vez te deja noqueado durante días, pensando en qué tipo de persona eres, cómo es tu vida o hacia dónde te diriges, entonces… es que esa serie es especial. Y Louie lo es. No es una serie que haya recomendado mucho, porque no es una serie al uso, es pura libertad creativa, a veces onírica, otras hiperrealista, a veces tiene historias que se alargan 6 capítulos (véase Elevator) en cambio otras un mismo capítulo de 20 minutos cuenta 2 historias diferentes. Cuando uno se sienta a verla lo único que debe esperar es que C.K. le sorprenda. Nada más. No hay moldes, no hay reglas, es un genio dando rienda suelta a su creatividad, a sus sentimientos y a sus ideas. Este año reflexionó más que nunca sobre la incomunicación urbana, sobre la familia y sobre el amor. Fueron los 3 temas que recorrieron todos los capítulos. Quizás por eso esta cuarta ha sido la mejor temporada de la serie, porque ha estado mejor hilada, más condensada. Muchas gracias por todo Louis C.K., muchas gracias por ayudarme a comprenderme un poco mejor a mí mismo.

miércoles, 2 de abril de 2014

Punto y final. Punto y seguido

HOW I MET YOUR MOTHER – Última temporada


Spoilers sobre el final de la serie a cascoporro

Y Ted conoció a la madre. Y la serie, que se llamó How I met your mother definitivamente se quitó la careta para reconocer lo que todos sabíamos, que en realidad era How I love your aunt Robin. Que al final Ted termine con Robin es consecuente con lo que la serie ha contado. La madre no era más que un macguffin. El final no tramposo. Lo que es tramposo es el título de la serie. Tras tanto marear la perdiz, incluso hasta la penúltima semana con el amor entre Ted y Robin, el final no podría ser otro. Por ese lado, cero sorpresas, porque además ya nos habían insinuado en uno de los capítulos anteriores que la madre no estaría en la boda de su hija. La muerte. Una muerte que han tratado de una forma muy banal. Ahora entiendo que los King quieran mostrar el tratamiento de la muerte de otra forma en The Good Wife. En HIMYM fue tratada con tacto y gracia cuando murió el padre de Marshall, en cambio en esta ocasión, la ventilaron con una mini-secuencia en un hospital. Como quién se quita una pelusa.

El final de HIMYM es dos cosas a la vez, por un lado indignante, por el otro, jodidamente emotivo. Lo que genera muchos sentimientos encontrados. Dos son las cosas que me indignan, además de lo del título que si no lo decía reventaba. En primer lugar, ¿cómo pueden pasar más cosas en 40 minutos que en 9 temporadas? ¿por qué no se tomaron toda esta temporada para contarnos todo esto, para explicarnos por qué no funcionó el matrimonio de Robin y Barney, como Robin se alejó del grupo, como Ted formó una familia, como su mujer murió y al final como volvió a Robin, o más bien Robin a él? Y en segundo lugar, una crítica más de fondo, ¿por qué Barney? ¿por qué? Si ya tenían planeado que al final Ted volvería con Robin (cosa que sabemos por las secuencias rodadas con los hijos al inicio) ¿por qué metieron a la serie en el berenjenal de la relación entre Barney y Robin? ¿Son conscientes de que por el camino sacrificaron a Robin y estropearon a Barney? Parte de la culpa de que las 4 últimas temporadas hayan sido un quiero y no acabo de poder es de que dinamitaron el statu-quo del grupo con esa relación, de que Barney que era el personaje icono pasó de ser legen-wait-for-it-dary a ser un pelmazo que se movía a trompicones.

Por otro lado, mentiría si no dijera que los últimos 10 minutos de la serie me los pasé al borde de la lágrima. Uno, a mí me gustaba HIMYM pero no soy ningún talifán. Dos, nunca lloro con películas o series. Así que sí, esos 10 minutos finales me emocionaron mucho. Allí estaba yo, entre la indignación y el amor. La secuencia de Barney con su hija es desde luego preciosa, y a partir de ahí todo es una catarata de sentimientos. Unos sentimientos que no justifican todas las tomaduras de pelo y las trampas y los errores cometidos. Ojo. Pero que al final me dejaron un buen sabor de boca. Sí, me metieron el palo, pero ¡qué cara de buena persona tenía el atracador!


BROOKLYN NINE-NINE – Primera temporada


Hasta pronto

Si esta temporada cierra una ilustre veterana como HIMYM, podemos alegrarnos porque después de un par de años de estrenos muy flojos, por fin las networks han parido una sitcom buena de verdad (y alguna otra como la moribunda Trophy Wife o hasta la simplona Mom, que no están nada mal), de la fábrica de The Office y sobre todo Parks and Recreation, llega Brooklyn Nine-Nine, una sitcom ambientada en una comisaría, con un chico SNL como protagonista, Andy Samberg (te quiero… mucho) y un reparto que funciona como un reloj. Más allá de los gags y las tramas que funcionan  muy bien, es justo el maravilloso grupo de personajes que la sustentan, lo que hace que estemos ante una comedia muy divertida y dulce. En B99 no tiran de humor inteligente, ni irónico, es una serie bastante más blanca de lo que podía ser The Office, pero funciona, es emotiva, graciosa, maneja los chistes de siempre con mucha inteligencia y tiene un reparto que ha creado una gran dinámica grupal.

Ha tenido la suerte, frente a The Office y Parks and Recreation que tuvieron unas primeras temporadas muy cortas, de haber contando con una tanda inicial de 22 capítulos, antes del parón de navidad el humor y los personajes estaban perfectamente definidos, y tras su regreso de las vacaciones con dos Globos de Oro (Comedia y Actor de comedia) bajo el brazo, ha firmado una racha de una estabilidad pasmosa. Sin un solo capítulo malo. No tengo problema en decir que quizás haya sido la sitcom del curso que más he disfrutado y una de las mejores de esta temporada (ahí ahí con la siempre solvente Modern Family, la siempre esquizofrénica Community con el regreso de Harmon y una Parks and Rec un poco alicaída).

Unir casos policiales con humor, era una mezcla que podría haberse venido abajo fácilmente, pero han sabido encontrar el punto adecuado, los casos al final no son más que una excusa para tejer el amor entre los personajes y de nosotros para con ellos. Hablando de amor, las dos tramas románticas a largo recorrido de la comisaría han sido manejadas con gracia, y sobre todo la de Peralta (Samberg) y Santiago (Melissa Fumero) ha alcanzado cuotas de riquiñez que no veía yo desde los Leslie y Ben pre-boda de Parks and Rec. La relación odio-amor entre los protagonistas es una constante clásica en las sitcoms (y en muchos dramas también) que lo han heredado de las scrawballs que se movían a través de esa dinámica. El problema para el género surge cuando esa relación amorosa se convierte en el centro de la serie y es final e irremediablemente consumada. Que se lo digan a New Girl, por ejemplo. Aquí, están sabiendo mantenerla en segundo plano, con lo cual no generan en el espectador la necesidad de la consumación, lo cual alterará la dinámica entre los personajes.

Habrá que ver como progresa el año que viene, pero Brooklyn Nine-Nine ha puesto las bases para ser una serie de la que si la audiencia le da la oportunidad, hablaremos con mucho cariño cuando termine, sin polémicas, no como con HIMYM. Y así, se cierra el círculo. Bueno no, no puedo irme sin decir que además de las dosis de dulzura y sonrisas que me ha regalado B99 todas las semanas, lo que más me ha gustado son los interminables (y malignos) one-liners de esa gozada de personaje que es Gina (Chelsea Peretti pide a gritos una nominación al Emmy). El cinismo está infravalorado.

El manta-affaire de Gina, uno de sus grandes hits

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Las rookies de 2013 (I)

10. Brooklyn Nine-Nine

Andy Samberg es mi rey de la comedia

Tiene un humor muy blanco, sí. Pero me parece una serie con mucho encanto que ha logrado una buena dinámica de grupo y que tiene un protagonista con mucho carisma. Sí, sé que mucha gente odia a Andy Samberg, pero yo soy un poco muy fan de sus exageraciones. Es la única sitcom de esta lista, así de mal está el género.

9. Hannibal

En la boca del lobo
Hacer una serie tan oscura e insana como esta en una network tiene mucho mérito. Que una operación tan arriesgada te salga bien, más. Hannibal, además de ser una de las series mejor dirigidas (y fotografiadas) de la televisión actual es un cuento perverso que te mete de lleno en un truculento camino hacia la locura. Fue de menos a más hasta embriagarnos. Muchas ganas de ver la segunda temporada.

8. Orphan Black

Una de las grandes parejas cómicas (y múltiples) de este año

Esta serie ha sido uno de mis grandes placeres seriéfilos del año. Me lo he pasado como un enano en esta historia de conspiraciones imposibles hecha con cuatro duros pero con mucho humor y con Ella. La Diosa revelación del 2013: Tatiana Maslany.

7. Dates

El mejor trabajo de Geraldine Chaplin fue parir
Vi Dates en modo bing watching en un tren de larga distancia a través del estado español. Y me tocó. Es divertida, es graciosa, es tierna, es cruda y es inteligente. Este baile de citas no podría estar mejor escrito e interpretado ¡qué delicia!

6. Please like me

Ti, déixate vir

Se nos dijo que era la respuesta australiana a Girls en clave gayer, y algo de eso hay. Su protagonista, al igual que Lena Dunham, hace un yo me lo guiso, yo me lo como, y el personaje que se guarda para sí es igual de repulsivo, y aún así tenemos que amarlo en su maldad cotidiana y excentricidad pasada de rosca. Alrededor un grupo de personajes con mucho encanto. Please like me es televisión de autor. Y muy buena.