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domingo, 22 de febrero de 2015

Los No-Oscar 2014 VII: Película

10. Obvious Child
El film de Gillian Robespierre me hizo reír a carcajadas pero también me emocionó de una forma muy extraña. Pensaba que iba a ver una comedia ácida y me encontré con un film que me dejó tocado durante un par de días. Una comedia que subvierte las normas de la romcom, para acabar construyendo un film rotundamente romántico y optimista. El problema no es el género, es cómo lo usas, ¡estúpido! Además es a la vez una mirada crítica a los veinteañeros sin rumbo entre los que me incluyo, y en cierta forma un film que denuncia ciertos valores conservadores que pululan por los productos culturales que consumimos, de forma aparentemente inofensiva.

9. Pride
Teniendo en cuenta el actual clima sociopolítico, Pride es una película muy pertinente. No porque hable de los derechos de los homosexuales o de la lucha por su supervivencia de los mineros. Sino porque afronta ambas cuestiones desde una óptica casi de clase. O más que de clase, de poder. La unión de los actores que actúan en los márgenes del sistema, de cara a construir una mayoría que pueda defenderse contra los actores que actúan en los centros de poder. En ese sentido la dulce, amorosa y combativa Pride, parece ideada por el mismísimo Gramsci. Más allá de la dimensión política del film, estamos ante una película tierna, que maneja muy bien las emociones y los elementos cómicos y que, sobre todo, crea una maravillosa galería de personajes.

8. Winter Sleep
Hay películas que cuando las estás viendo, las disfrutas intensamente, pero que al salir del cine y empezar a correr las horas, se diluyen en la memoria, hasta quedar reducidas a pequeños y borrosos recuerdos. En el otro extremo, estarían situadas aquellas películas que mejoran con el paso de los días, de las semanas, de los meses. Un buen ejemplo de estas últimas es Winter Sleep. Estar durante 3 horas y 15 minutos sentado en una butaca incómoda hizo que mirara muchas veces el reloj e intentara que mi escoliosis no me diera demasiado la lata. Cuando salí del teatro (durante 10 min antes de meterme entre pecho y espalda otras 2 h y 15’ de Mr. Turner) estaba un poco decepcionado. Me había gustado, tenía conversaciones realmente fascinantes y era un tratado de lo terrible que es ser pasivo-agresivo con las personas a las que quieres. Pero se me había hecho pesada, creía que le sobraban bastantes minutos y alguna trama (los hermanos endeudados). Sin embargo con el paso del tiempo me gusta más. No sólo porque he olvidado el dolor de espalda, sino sobre todo porque es una película que he necesitado madurar para poder apreciar en toda su grandeza. Los seres humanos muchas veces queremos lo que no podemos tener y dañamos lo que tenemos, y en ese proceso nos desgastamos lentamente, consumiéndonos en nuestra propia frustración. Somos terrible y mágicamente incomprensibles, incluso (o sobre todo) para nosotros mismos.

7. A most violent year
Comenzó con muy buenas críticas, pero rápidamente se disolvió en la carrera de premios. Quizás apurar su estreno no fue una buena idea. Quizás Cannes 2015, como hizo este año la película de la que hablaremos a continuación hubiera sido una buena idea. Pero más allá de esto, A most violent year es una película muy interesante, oscura, seca, fría. Un relato preciso de cómo funciona la corrupción, de cómo nuestras ciudades languidecen sumidas en el crimen. Su discurso era válido para los años 80 y sigue siendo válido hoy. JC Chandor se confirma como uno de los nuevos cineastas americanos más interesantes.

6. Foxcatcher
Tras su exitoso paso por Cannes, Foxcatcher se convirtió, de inmediato, en una favorita clara de cara a los Oscar, pero en otoño comenzó a desaparecer de las apuestas y al final, aunque está presente en las grandes categorías, no logró colarse en Mejor Película. No será porque no tenga nivel para estarlo. Es un gran drama psicológico de autor, rodado con mucha personalidad (y autoconsciencia, ojo), frío, asfixiante, hipnótico. La caída de tres hombres que se van destrozando mutuamente hasta precipitarse irremediablemente hacia la tragedia. La tragedia de la ambición, de la necesidad de triunfar, aunque te lleve a la locura (Whiplash y Nightcrawler van, precisamente por esta misma línea). El sueño americano abrasa.

5. Relatos Salvajes
Hacer de la corrupción una comedia descacharrante, de la desesperación, carcajada. Esa es la idea básica de Relatos Salvajes. Su ambicioso objetivo que cumple con creces. Tan crítica, inteligente y ácida como divertida y graciosa. Necesitamos más comedias de nivel y necesitamos más cine crítico. Relatos Salvajes, una demostración retorcida de cine social en clave de thriller y comedia negra, es todo esto y más. Una de las grandes películas del año a nivel mundial. Una demostración de que desde lo local se puede hablar de lo universal, de que en el mundo globalizado casi todos tenemos los mismos problemas sistémicos.

4. Deux jours, une nuit
Una mujer tiene un fin de semana para salvar su puesto de trabajo convenciendo a sus compañeros para que renuncien a su bonus, recomponerse a sí misma y curar a su malherido matrimonio. Todo ello durante dos días y una noche tortuosas en las que los Dardenne, a través de la mejor Marion Cotillard que yo ha haya visto, nos escupen a la cara lo terrible que se ha vuelto el mundo en el que vivimos. Pero el encanto del film está justamente en su humanismo. Podría dibujar este sistema como una opresión constante en la que comes o te comen. Podría ser Hobbes y no lo es. A pesar de todas las cosas malas que le pasan a la protagonista, hay esperanza, hay gente buena que se cruza en su camino. No todo es negro. No todo está perdido. Aún podemos tener fe en el ser humano.

3. Interstellar
Pongo a Interstellar en esta posición porque más allá de los problemas que tiene (para mí, como siempre en Nolan el principal son los personajes), o de que haya sido una ligera decepción, la disfruté muchísimo. Fueron casi 3 horas en el cine de puro gozo. Este año hubo 5 películas que vi en el cine que me hicieron muy feliz. Dos se van a jugar el Oscar (Boyhood y Birdman) y las otras tres ocupan este pódium. De todas ellas, Interstellar me parece la peor, o más bien la más criticable, la que teniendo metas más altas, comete más fallos o llega menos lejos en sus objetivos. Pero eso no quiere decir que el viaje interestelar de Christopher Nolan no me parezca puro cine. Diversión en estado puro. La película tiene esas ansias de impresionar, de maravillar, de innovar. Y a mí esas ansias me lo compensan todo. El cine como evasión, como un viaje trepidante por mundos que jamás veré.

2. Mommy
La quinta película de Xavier Dolan fue el film de 2014 con el que más conecté emocionalmente. A pesar de que en absoluto cuenta historias que me hayan pasado a mí o presente personajes que pueda reconocer en mi vida. Conecté con ella porque está cargada de sentimientos muy bien presentados y explicados. Es una película de una rabia y una sensibilidad especiales. He hablado (y escrito) tanto sobre ella que ya no sé qué añadir. Es una película que radiografía con mucho tacto y personalidad lo que implica ser adolescente e hijo, pero también adulta y madre, en un mundo cada vez más desconectado y volátil. Un mundo en el que nuestras conexiones se debilitan, en el que hemos dejado de vivir en nuestras calles y casas, para vivir dentro de nosotros mismos, intentando escapar de nuestros problemas nos hemos obligado a vivir parapetados en ellos. Mommy es un canto a la esperanza porque nos dice que no hay que tener miedo a vivir.

1. Gone Girl

Frente a la sensibilidad de Mommy, David Fincher y Gillian Flynn proponen un viaje a un mundo en el que nos hemos vuelto insensibles. En el que la frustración nos ha corroído, y lo único que nos hacemos es daño a nosotros mismos y a los que nos rodean. Al calor de la crisis económica, la superficialidad de los barrios suburbiales, la telebasura y la corrupción moral, nos presentan la historia de un matrimonio que se hace daño mutuamente, desangrándose en una guerra sin final a la vista, permaneciendo encadenados el uno al otro, odiando a las personas en las que se han convertido. Gone Girl nos relata cuán perdidos estamos, pero no nos propone ninguna salida. Por eso es una película tan agria, tan pesimista. Fincher se confirma como el cronista de un mundo occidental cada día más oscuro, lastrado por problemas sistémicos irresolubles. Nos susurra, otra vez más, que estamos rotos por dentro.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Los No-Oscar 2014 III: Guion original y Guion adaptado

GUION ORIGINAL

5. Mark Heyman y Craig Johnson por The Skeleton Twins
Cuando vi esta película dije algo así como que sería el tipo de guion que yo escribiría si tuviera talento. Más allá de lo descacharrante que es como comedia dramática, lo que me gusta de este guion es esa complicada mezcla entre ser muy crítico con sus personajes pero a la vez muy indulgente. Casi todo el film es una sucesión de bofetadas dadas con cariño. Caricias que hacen daño pero que reconfortan. Estos dos hermanos distanciados se aman haciéndose daño. O más que haciéndose daño, diciéndose las verdades de la forma más hiriente posible. Esto provoca que el film sea una sucesión de catarsis emocionales. Una constante explosión de risas y sentimientos. Me hizo sentirme muy feliz y muy triste. Es una película con unos diálogos y unos chistes fantásticos.

4. Gillian Robespierre por Obvious Child
Hacer una romcom crítica e inteligente es un reto muy ambicioso, y Gillian Robespierre no sólo no se estrella sino que ha firmado uno de los hitos cinematográficos de mi año. 80 minutos de ironía, cinismo, reflexión y amor. Robespierre trata con mucho cariño a sus personajes, escriba unas frases muy agudas y tiene la valentía de hacer girar una romcom en torno a un debate tan espinoso como [SPOILERS] el del aborto. Es una versión acelerada y descacharrante del estilo de comedia dramática de Girls. Me reí a mandíbula abierta y también me emocioné. Es una película inteligente.

3. Damián Szifrón por Relatos Salvajes
Escribir la película más ácida y graciosa del año es algo digno de ser aplaudido. Aunque no todos los relatos funcionen igual de bien, o estén escritos con la misma elegancia o precisión, todos aportan una nueva arista a ese sistema al que Szifrón le presenta a una enmienda a la totalidad. Hacer que situaciones trágicas resulten hilarantes, y que aún así sigan siendo muy duras, muy amargas, es complicadísimo. Una película tan arriesgada, casi kamikaze, como Relatos Salvajes pudo haberse caído con todo el equipo, y sin embargo es el film de este año que más pueden disfrutar todo tipo de públicos. Estamos corrompidos hasta el tétano, quizás reírnos de ello sea una buena forma de afrontarlo.

2. Jean-Pierre y Luc Dardenne por Deux jours, une nuit
Los Dardenne se alejan del exceso de catastrofismo de sus películas anteriores (esto, obviamente, es una opinión meramente personal), y salvo un giro dramático catártico pero innecesario (y que aún así funciona), dibujan una película que es todo fluidez y naturalidad. En un año en el que las redes sociales nos han sometido cinematográficamente a la frase “es la vida”, desde luego Deux jours, une nuit es la vida. O más que la vida es la Europa en la que nos hemos convertido. La crónica de la muerte anunciada del Estado del Bienestar. Estoy seguro que dentro de unos años se reflexionará sobre el arte que se hizo en el marco de la crisis económica, y que esta película será una obra capital dentro de esa ¿corriente?. Deux jours, une nuit no tiene grandes frases, soberbias declaraciones de intenciones, speechs brillantes, simplemente es el via crucis de una pobre mujer intentando mantener su puesto de trabajo mientras intenta recomponerse a sí misma. No hay nada de impostura en esta película. Su naturalidad, su cercanía, ser un film tan palpable, es lo que la hace una película tan buena.

1. Xavier Dolan por Mommy

En un mundo en el que el diagnóstico masivo de enfermedades como el TDAH se ha vuelto una herramienta de control (Dios, Foucault, ¿qué has hecho conmigo?) de la juventud, Mommy es una película ya no sólo necesaria, sino urgente. Más allá de la idea inicial, y de los debates que plantea sobre la maternidad, la adolescencia, la soledad o la importancia de la familia y el amor, más allá de todo eso, la gran baza de Mommy es su sensibilidad. Ya no es sólo lo que cuenta sino cómo lo cuenta. El Xavier Dolan guionista ha adquirido una profundidad a la hora de escribir que antaño no tenía. Escribir emociones es un reto muy complejo. Manejar las micro-explosiones de unos personajes a punto de romperse también. El guion de Mommy es una delicia.

GUION ADAPTADO

5. Richard Glatzer y Wash Westmoreland por Still Alice
El gran mérito del guion de Still Alice es no caer en dramatismos y estridencias innecesarios. Si la película se sustenta en su totalidad en la interpretación de su actriz protagonista, el guion es la arcilla con la que esta puede trabajar, y los diálogos y situaciones naturales y razonables que proponen se vuelven grandes armas en manos de Julianne Moore. No es una película ingeniosa, ni tampoco especialmente profunda, es el relato de una persona que se va olvidando de existir, de ser ella misma. Su sencillez es su gran mérito y en el año más flojo que recuerdo de guiones adaptados, es suficiente para que la ponga en esta lista.

4. James Gunn y Nicole Perlman por Guardians of the Galaxy
No es que yo sea el mayor fan de Marvel y su plan de dominio cultural global. De hecho, más bien soy de los que aplaudió las ostias que le asestaron Iñárritu y compañía en Birdman. Partiendo de esta base, Guardians of the Galaxy ha sido, de lejos, la película del imperio que más me ha gustado hasta ahora. Mezcla con solvencia acción, humor y referencias culturales (la BSO es genial). Hay gags que son demasiado infantiles, pero tiene diálogos chispeantes y la historia es muy entretenida.

3. Andrew Bovell por A most wanted man
Adaptar a Le Carré no es un reto fácil de superar con buena nota. Por un lado, por la complejidad de sus tramas/misterios y por la frialdad de sus personajes; por otro lado, por la dificultad de estar a la altura de adaptaciones anteriores del mismo autor, como The Spy Who Came In from the Cold, The Constant Gardener o Tinker, Tailor, Solider, Spy. Y sin ser la mejor adaptación de Le Carré, ni conseguir librarse de esa sensación de frío que desprende el material, estamos ante un buen thriller de espías post-11 S. El misterio está bien hilado y el personaje interpretado por Philip Seymour Hoffman funciona a las mil maravillas.

2. Bong Joon-ho y Kelly Masterson por Snowpiercer
Un tren que no puede detenerse cruza un mundo helado cargando con los restos de una humanidad estratificada socialmente en los vagones del mismo. Con una premisa tan jugosa como peligrosa, Snowpiercer ha sido una de las películas más especiales y curiosas de 2014. Podría haber sido un despropósito, y si es cierto que el tramo final casi llega a descarrilar, estamos ante uno de los grandes divertimentos del año cinéfilo. Ácida, inventiva, ingeniosa, llena de acción y con pequeñas pullas y hasta cierto nivel de crítica social (no demasiado elaborada, conste), desde luego estamos ante una buena película, de esas que deberían producir los grandes estudios de Hollywood.

1. Gillian Flynn por Gone Girl

Junto a la ausencia de The Lego Movie en la categoría de animación, que Gillian Flynn no estuviera nominada al Oscar por adaptar su propio best-seller fue el gran shock del anuncio de las candidatas a los Oscar 2014. Tiene muchísimo mérito hacer un film salvajemente comercial que a la vez sea terriblemente cínico, crítico, oscuro y tenga mil capas de lectura y genere una gran cantidad de debates: desde la crisis matrimonial, la caída del hombre blanco de clase media, el crash del sistema económico, la banalización de los medios de masas o la momificación de la vida suburbial. Gone Girl es un brutal retrato de nuestro tiempo, de nuestras sociedades occidentales. Y además es un thriller adictivo, que corre siempre hacia adelante, a golpe de giro narrativo. Es el mejor ejemplo de drama adulto de masas, sobre el que se debería cimentar la industria cinematográfica. Flynn maneja muy bien la tensión y escribe unos diálogos cargados de acidez. Un gran trabajo. El mejor guion adaptado del año, con mucha diferencia.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Proyecto EFA (2014)

Como ya hice el año pasado, me he visto todas las nominadas en las categorías fuertes de los European Film Awards, que premian lo mejor del "año" producido y exhibido en nuestro continente. De las categorías paralelas que se han ido inventando sobre la marcha quiero destacar el nivelazo que hay en Discovery, que premia a óperas primas. El cine europeo tiene futuro. Como estoy convencido de ello, y de que debemos valorar y defender más lo nuestro, lo que se hace en Europa con mucho esfuerzo y mucha dificultad, este proceso de ver las películas nominadas ha sido un placer. De verdad. Para la selección de los candidatos que yo hubiera nominado en cada categoría tengo en cuenta sólo las películas preseleccionadas y por lo tanto nominables. Así, por España competían 3 films de 2013: La herida, Vivir es fácil con los ojos cerrados y Caníbal, y 1 de 2014: Hermosa Juventud. Las arbitrarias normas y calendario caótico siguen lastrando unos premios que deberían ser un gran acontecimiento y que sin embargo pasan muy desapercibidos.




Guion


Ebru Ceylan y Nuri Bilge Ceylan por Kis uykusu (Winter Sleep) (ganará)
Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne por Deux jours, une nuit (debería ganar)
Steven Knight por Locke
Rebecca Lenkiewicz y Pawel Pawlikowski por Ida
Oleg Negin y Andrei Zvyaginstev por Leviafan (Leviathan)

Puede pasar de todo en esta categoría. Que venza Ida en una noche de victoria aplastante como el año pasado la de La grande bellezza. Que se impongan Winter Sleep o Leviathan ya sea para consolidar su victoria en película y director o como premio de consolación. O hasta que se vea recompensado el doblemente nominado Steve Knight por Locke o los maltratados hermanos Dardenne. Ida es una película que funciona más por silencios que por palabras, aún así cada vez que sus protagonistas hablan, sus frases son limpias, profundas. Es una obra de escritura sencilla, pero redonda. Todo lo contrario que Winter Sleep, más de 3 horas de conversaciones y duelos dialécticos cargados de amargura. El guion tiene sus altibajos, pero desde luego es encomiable la osadía. En un punto intermedio entre ambas estaría el guion de Leviathan, que combina con destreza hondos silencios con conversaciones llenas de tensión y fatalidad. El lucido guion de Locke tiene el indudable mérito de presentar a un único personaje hablando por teléfono con las personas que componen su deshilachada vida. Es un reto y Knight sale vivo del mismo, eso sí, no todas las conversaciones son igual de interesantes. Otra película que gira en torno al periplo vital de su protagonista de conversación en conversación es Deux jours, une nuit. Que logra frente a cierta artificialidad de la que adolece Locke, imprimir puro realismo. Un maravilloso viaje por los miedos y sentimientos humanos, por su pureza y por sus tinieblas. Sorprende, teniendo en cuenta que está nominada en mejor película, no encontrarse aquí con Turist, cuyo negrísimo guion es carne de premios.

Mis nominados:
Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne por Deux jours, une nuit
Fernando Franco por La herida
Rebecca Lenkiewicz y Pawel Pawlikowski por Ida
Ruben Östlund por Force Majeure (Turist)
Lars von Trier por Nymphomaniac


Actor


Brendan Gleeson por Calvary
Tom Hardy por Locke
Alexey Serebryakov por Leviafan (Leviathan)
Stellan Skarsgård por Nymphomaniac
Timothy Spall por Mr. Turner

A priori esta es una categoría bastante abierta. No me sorprendería la victoria de ninguno de los cinco, quizás sólo descartaría al sólido Brendan Gleeson de Calvary, que realiza una interpretación muy sentida pero que brilla mucho menos que sus rivales y lo hace, además, en una película menor. De los otros cuatro, a priori el favorito parece Timothy Spall que logró, gracias a Mr. Turner, el premio al mejor actor en Cannes y que está en la carrera por el Oscar. Su retrato de Turner es sensacional, tanto en su vertiente de artista como en su dimensión más íntima. Spall firma, con mucho cariño, el mejor trabajo de su carrera.

No poca gente apunta a que la mejor opción de Leviathan de lograr algún galardón es una victoria de su protagonista, Alexey Serebryakov, que interpreta a un pobre perro viejo apaleado en medio de ninguna parte, por el sistema, por sus relaciones afectivas, por sus miedos, por sus propios problemas interiores. Un señor trabajo. No descartaría la victoria de Tom Hardy, que sostiene Locke plano a plano, en un trabajo que es pura osadía. Sin él la película se podría haber estrellado, con él es un viaje a lo más hondo de la mente de un hombre que pelea en mil batallas distintas. Cierra la terna uno de los actores europeos más importantes de las últimas décadas, el danés Stellan Skarsgård, y que firma en Nymphomaniac una de las mejores interpretaciones de su carrera. Lleva al personaje desde la inocencia a la malicia, desde la tranquilidad a la desesperación, para terminar escupiéndonos que todos los hombres estamos rellenados con la misma basura. Espectacular.

Mis nominados
Johannes Bah Kuhnke por Force Majeure (Turist)
Tom Hardy por Locke
Alexey Serebryakov por Leviafan (Leviathan)
Stellan Skarsgård por Nymphomaniac
Timothy Spall por Mr. Turner


Actriz


Marian Álvarez por La herida
Valeria Bruni Tedeschi por Il capitale humano
Marion Cotillard por Deux jours, une nuit
Charlotte Gainsbourg por Nymphomaniac
Agata Kulesza por Ida
Agata Trzebuchowska por Ida

Categoría difícilmente previsible, en principio la victoria debería estar entre el dúo protagonista de Ida y esa gran dama del cine europeo que es Marion Cotillard. De las Agatas, decir que tanto Kulesza como Trzebuchowska componen en Ida, dos preciosos retratos de la soledad humana, y lo hacen a través de dos miradas de una expresividad maravillosa. De Cotillard, decir que la de Deux jours, une nuit, es, de verdad, una de las mejores interpretaciones de su carrera. La de una mujer a punto de romperse en mil pedazos y que sin embargo se mantiene de pie, digna en la derrota. Otras dos grandes damas del cine europeo de los últimos 10 años son la también francesa, Charlotte Gainsbourg y la italiana Valeria Bruni Tedeschi. La primera se entrega, una vez más, a la espiral de locura que le prepara von Trier en Nymphomaniac. A veces repulsiva, a veces punzante, Gainsbourg demuestra que interpreta desde las entrañas. La segunda, construye en Il capitale umano a una mujer adinerada de vida vacía y sueños rotos. Una mujer desesperada. Bruni Tedeschi le aporta las dosis de fragilidad e ironía necesarias.

Mmmm, me suena que había una sexta nominada… ¡ah sí! Una tal Marian Álvarez, la actriz que hizo mi interpretación favorita del cine mundial de 2013. Así de rotundo. Lo he dicho ya tantas veces que ya no sé si soy capaz de seguir diciéndolo, lo que hace Álvarez en La herida no es interpretar, es ser, ser alguien que está completamente destrozado por dentro. Es de los trabajos más brutales que he visto en mi vida. Un año después de haber visto la película sigue poniéndome los pelos de punta. Su interpretación me da aún hoy ganas de llorar. Un terrible desgarro.

Mis nominadas:
Marian Álvarez por La herida
Marion Cotillard por Deux jours, une nuit
Charlotte Gainsbourg por Nymphomaniac
Scarlett Johansson por Under the skin
Agata Kulesza por Ida
Agata Trzebuchowska por Ida


Director


Nuri Bilge Ceylan por Kis uykusu (Winter Sleep)
Steve Knight por Locke
Ruben Östlund por Force Majeure (Turist)
Pawel Pawlikowski por Ida
Paolo Virzi por Il capitale umano
Andrei Zvyagintsev por Leviafan (Leviathan)

Dicen los EFA que por lo visto Nymphomaniac se ha dirigido y escrito sola, así misma, como bajo un hechizo de magia negra, por eso no está nominado Lars von Trier en ninguna de las dos categorías. Nada tiene que ver con lo hipócritas que somos, ni esas cosas. Al bueno de Lars le ha pasado justo lo contrario que a Steve Knight, que por lo visto escribe y dirige muy bien (además de que su película está montada de lujo y su protagonista es un hacha) pero, oh, resulta que finalmente la película no es tan buena. La Academia de Cine Europeo reconoce el difícil trabajo de Knight en Locke, al conseguir rodar una película dentro de un coche con dinamismo. Otro que ha logrado la nominación en dirección sin que su película esté en la categoría reina es Paolo Virzi, el cerebro detrás de Il capitale umano. Está llamado a ser uno de los grandes directores italianos de las próximas décadas, pero desde luego es el eslabón débil de este sexteto. El ruso Andrei Zvyagintsev, confirma en Leviathan su condición de gran autor continental, y lo hace exprimiendo el lacónico espacio físico de su historia, para crear una atmósfera de opresiva derrota. Otro que explota la importancia del espacio físico es el sueco Ruben Östlund en Turist, una comedia negrísima sobre eso que podríamos llamar “los problemas del primer mundo”, ambientado en un resort de lujo acosado por la nieve, al igual que sus protagonistas lo están por lo vacías que son sus existencias. Para el final dejo a los que a priori son los dos grandes favoritos de cara a la victoria, el turco Nuri Bilge Ceylan, que llega con el aval de la Palma de Oro de Cannes que ganó su Winter Sleep y el mérito de haber rodado una terrible y asfixiante radiografía del ser humano, sirviéndose de sus actores y unos decorados mínimos; mientras que el polaco Pawel Pawlikowski ha rodado en Ida una hermosa carta de amor al cine europeo de autor, una puesta en escena medida al milímetro, hermosa hasta el dolor. Mi voto sería para él, sin o con Lars von Trier de por medio.

Mis nominados:
Fernando Franco por La herida
Mike Leigh por Mr. Turner
Ruben Östlund por Force Majeure (Turist)
Pawel Pawlikowski por Ida
Lars von Trier por Nymphomaniac
Andrei Zvyagintsev por Leviafan (Leviathan)


Película


Force Majeure (Turist)
Ida
Kis uykusu (Winter Sleep)
Leviafan (Leviathan)
Nymphomaniac

Quizás estemos ante el año más atípico de los EFA. El año de la victoria del este sobre el oeste. La única de las grandes cinematografías europeas occidentales que ha colado a alguna representante en la categoría reina es la escandinava (que eso sí, tiene 2 películas). Ni Francia, ni UK, ni Alemania, ni Italia, ni España. En cambio sí están las soft-europeas Rusia y Turquía, y la gran potencia de la UE del este, Polonia. De hecho resulta muy difícil imaginar que el premio a mejor película europea del “año” (o como los EFA miden los años) no sea una producción del este. Llegados a este punto, la victoria parece estar entre Ida, a priori la gran favorita, y Winter Sleep, la Palma de Oro de Cannes. Ida es una preciosa carta de amor al cine europeo, a Dreyer, a Bergman, a Bresson. Un maravilloso relato sobre la soledad, sobre las heridas del tiempo, sobre la familia, sobre la mujer, sobre la fe. La suya sería una victoria muy justa. Winter Sleep también habla de la familia y del espacio, esas dos cárceles vitales, se alarga demasiado pero tiene momentos de drama psicológico de altura. Las otras tres nominadas son: Leviathan, una feroz crítica a la corrupción y la violencia en la Rusia de nuestros días. ¿Qué puede hacer uno cuando lo único que le espera es la derrota? El poder, ese cáncer. Turist, una fantástica comedia negra sobre una familia sueca de clase alta a la que un falso alud hace que se le salten las costuras hasta estallar en mil pedazos. Agria y contundente, no tiene para con sus personajes demasiada compasión. Y Nymphomaniac, la mastodóntica obra de Lars von Trier sobre los deseos humanos más peligrosos e irrefrenables. Un desolador estudio de la condición humana que diría Hannah Arendt. Toda una experiencia, lo mejor que ha hecho von Trier en años y una película maltratada injustamente por lo controvertida que es la figura de su creador.

Mis nominadas:
Deux jours, une nuit
Force Majeure (Turist)
Ida
La herida
Leviafan (Leviathan)
Nymphomaniac