GIRLS - Tercera temporada
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Los restos del naufragio (y una maleta de leopardo) |
Spoilers por aquí y por allá de la season 3 de Girls
Cuando el lunes por la noche
terminé la tercera entrega de la Girls de Lena Dunham lo que me invadió fue una viscosa soledad. Al final, sólo
nos tenemos a nosotros mismos. En el capítulo 3 de esta crónica de una
generación a la deriva, Dunham ha optado por agudizar la vertiente dramática de
la serie. Las explosiones de humor han sido contadas, la disgregación del grupo
ha avanzado hasta convertir a las Girls
en amigas sin amistad, únicamente pegadas entre sí por la soledad que las
rodea. En Girls la amistad ya no es
un sentimiento puro, es un estado de sitio gobernado por la mera conveniencia.
Tras Beach House (3x07) que será el
capítulo que más recuerde de esta temporada (no es mi favorito, que conste,
creo que la introducción del grupo gayer (no puedo con Elijah y Andrew
Rannells, la marica mala definitiva, simplemente no soy capaz) le restó mucha
fuerza dramática y catártica) y todo el tsunami de mierda que desató poco queda
de amor entre estas cuatro. Demasiada mugre. Ahora no son más que islas que
forman un archipiélago desarticulado. La secuencia del Dancing on my own de Hannah y Marnie ya no se puede ni vislumbrar por el retrovisor.
Las otras girls
Que el foco de la serie se
colocara aún más sobre Hannah también ha ayudado a crear esa sensación. Si hay
una pega que le pongo a esta temporada, que (quizás debí haber empezado por
aquí) me parece la mejor de las tres que ha tenido la serie hasta ahora, es
como Dunham ha arrinconado a ese personaje tan fascinante y palpable llamado
Marnie (Allison Williams, esa puta
diosa). Y aún así, aún sin trama principal clara, robando minutos de aquí y de
allá, Marnie sigue siendo esa máquina de escupirnos nuestro egocentrismo a la
cara. Soy demasiado buena para esto. Tengo muchos sueños y se cumplirán porque
soy importante. Puedo ser yo la que use a los hombres. Estos son algunos de los
razonamientos mentales de Marnie. Pero la verdad es: no, no eres demasiado
buena para tu trabajo, no hay una conspiración mundial contra ti, Marnie. Tus
sueños no se cumplirán porque eres una persona destructiva, te destruyes a ti y
destruyes todo lo bueno que te pasa porque no eres capaz de medir las
consecuencias de tus actos. Y no, no usas a los hombres, buscas cobijo en
ellos, y te auto-engañas por el camino. Frente a la imagen que busca proyectar,
Marnie es una persona que lo único que quiere es sentirse protegida y aceptada. El problema es que cuando
encuentra a alguien capaz de quererla, de ver lo mejor en ella (Desi), lo estropea (dinamitando la actual relación de él). Un
terrible auto-boicot. Es jodido saber a dónde quieres llegar pero ser incapaz
de seguir el camino.
Más allá de Marnie (creo que ha
quedado claro ya que es mi personaje favorito, por eso le doy tanta cera, darle
cera a ella es darme cera a mí), Jessa sigue siendo la personificación de la
nada. Frente a Marnie o Hannah que fracasan pero intentan avanzar, Jessa hace
tiempo que tiró el ancla al mar decidida a disolverse en su pose. Por muchas
vueltas que le demos Jessa no es más que pose. Una persona sin ideas, ni
deseos, ni objetivos, una mujer que vive por vivir. Lo cual hace que su trama
de final de temporada con la fotógrafa suicida fuera mucho más divertida y
clarividente. No es que Jessa no esté bien desarrollada como personaje. Todo lo
contrario, su banalidad está perfectamente buscada… y encontrada. En cambio
Shoshanna es un personaje que podría dar para mucho y se queda en máquina de
soltar one-liners. El giro final que pega en el teatro pidiéndole desesperada a Ray que vuelva con ella hubiera tenido sentido si se la hubiera visto evolucionar a lo largo de la
temporada ese deseo, esa sensación de estar emocionalmente a la intemperie, sin embargo no fue así. Da la sensación de que Dunham y su equipo
recuerdan que existe como personaje cada X episodios y le escriben un twist
para que avance, aunque sea a trompicones. No funciona. Shosh es muy divertida
como chiste con patas (y altavoz de alguna que otra verdad) pero carece de
profundidad, y no porque no la pueda tener, simplemente porque no se la
construyen. Algo a mejorar de cara al año que viene.
Hannah, la muerte y la ambición
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Yo mi me conmigo |
Mucho se ha hablado sobre la
presencia de la muerte en esta temporada de Girls. Dos personas próximas a
Hannah murieron a lo largo de la temporada y se criticó a la serie haber
tratado el tema a medio gas. Difiero. No es que la muerte esté tratada
superficialmente en esta temporada de Girls, es que Hannah es así. Para Hannah
los sentimientos de los demás son satélites de sus propios sentimientos. La
primera muerte de la temporada se abordó desde el punto de vista más egoísta y
superficial posible. No hubo duelo, sólo incertidumbre. Dicha historia tuvo su
punto y final con la que para mí es la secuencia de la temporada, Hannah
contándole una pequeña mentira tralará
a Adam sentados ambos en las escaleras en Dead
Inside (3x04). Terrible. De esos momentos negrísimos de plena lucidez
creativa.
La segunda muerte, mucho más
cercana se abordó en esa pequeña joya que fue Flo (3x09), mi episodio favorito de la temporada junto con Role-Play (3x10) y su secuencia de
naufragio sexual pero sobre todo sentimental (escrito al igual que el ya
mencionado 3x04 entre Dunham y Judd
Apatow). Volviendo a Flo, cómo no disfrutar de Girls convertida en un gozoso drama familiar de mujeres
embotellado. Ya le gustaría a August: Osage County haber estado tan bien
escrita. El capítulo fue quizás un gran empujón a la madurez, y lo que
terminaría desencadenando el tramo final de la temporada. En cierta forma la
muerte, y el conjunto de reacciones y disputas familiares que desencadenó,
mostraron a Hannah que estaba viviendo una vida que no quería. El problema de
Hannah es esa ambición desmedida de querer ser ese alguien idealizado que
construyó desde su adolescencia. Por eso se deshace de un buen trabajo y
boicotea inconscientemente su relación con el de repente actor de éxito (WTF?) Adam (Adam Driver, un monstruo) con la inestimable ayuda de Patti LuPone y sus consejos envenenados, por cierto ¡qué
gran guest star!. La vida es corta y no quiero tirar mi creatividad por la
borda, prefiero la intemperie de la incertidumbre que la seguridad del
estancamiento artístico. Marnie persigue la seguridad y fracasa, Hannah la
aventura, y por el camino se lleva por delante todas sus conexiones personales.
Con lo que al final volvemos al inicio, Girls además de poner en el disparadero
lo peor de nosotros mismos, estos veinteañeros perdidos, se ha convertido en un
retrato de la soledad, de cómo las relaciones degeneran, de cómo la vida nos
lleva… por caminos raros (en esta caso, hacia Iowa).
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