Al igual que en comedia, escogí
10 capítulos en lugar de nominar en guion y en dirección. Pero mi en los Emmys
sería para Walley-Beckett por Ozymandias de Breaking
Bad en la categoría de guion, y a Cary Fukunaga por el capítulo 4 de True Detective (sí, el del
plano-secuencia) en dirección.
10. Six Minutes de The Killing
Dirigido por Nicole Kassell. Escrito por Veena Sud
El audiovisual americano ha
explotado con mucha sabiduría el sub-género carcelario, ya sea haciendo films
de acción como sobre todo de corte dramático. Este maravilloso capítulo de The Killing coge la clásica premisa de “un
condenado a muerte está a punto de ser ejecutado a no ser que alguien consiga
evitarlo” y la convierte en uno de los capítulos más tensos de la temporada
televisiva 2013-2014. Triste, demoledor, turbador. Tiene un ritmo asfixiante y
permite que tanto el preso como los dos detectives protagonistas ahonden en sus
miedos y frustraciones.
9. Tome-wan de Hannibal
Dirigido por Michael Rymer. Escrito por Chris Brancato, Bryan Fuller y
Scott Nimerfro
Ha habido grandísimos capítulos
en esta temporada de Hannibal, como
por ejemplo el 2º, también dirigido por Rymer que comenzaba con la asfixiante
secuencia de persecución entre el maíz. Pero yo me quedo con este penúltimo
episodio, el más barroco, el más excesivo, el que tiene el momento más
truculento y salvaje, el más desenfrenado. Michael Pitt, Mads Mikkelsen y Hugh
Dancy dan un recital de golpes, amagos… y otras cosas.
8. Chapter 17 de House of Cards
Dirigido por James Foley. Escrito por Laura Eason
Dudé entre el 16, con sus
maniobras para aprobar una ley y sus trampas típicas del funcionamiento del
Senado americano, y este 17. Al final opté por este episodio porque tiene dos
de mis tramas favoritas de la temporada, por un lado Frank encerrado con un
hombre al que le ha arruinado la carrera política en su despacho, encontrándose
y desencontrándose todo el rato, mintiéndose, odiándose, entendiéndose. Y por
otro lado, la famosa entrevista de Claire. Es un capítulo que te engancha y no
te suelta hasta al final. 100% adictivo.
7. The watchers on the wall de Game
of Thrones
Dirigido por Neil Marshall. Escrito por David Benioff y D.B. Weiss
En realidad este capítulo fue
ganando para mí con el tiempo. En caliente hubiera escogido sin duda alguna el
capítulo del juicio o el del combate, o incluso la atropellada (pero
impresionante) season finale. Pero lo cierto es que el capítulo que realmente
destaca sobre el resto es este The watchers on the wall, un episodio que se
sale de la fórmula habitual de la serie al centrar la acción en un solo
escenario y que tiene una dirección y un empaque visual acojonantes. Una clase
maestra de cómo rodar acción, de cómo crear atmósfera.
6. Catherine de Masters of Sex
Dirigido por Michael Apted. Escrito por Michelle Ashford y Sam Shaw
Había otras opciones, sobre todo
a final de temporada, como Fallout (1x10), pero el primer gran capítulo de la
serie, el primero que se marca a fuego es este Catherine. Un estudio sobre la
personalidad del críptico Bill Masters. Un capítulo dramáticamente muy poderoso
por el tema que trata en su recta final y en el que todas las tramas funcionan
como un reloj. Para el recuerdo, sobre todo, la conversación entre Masters y su
madre, cruda no, lo siguiente.
5. Secret Fate of all Life de True
Detective
Dirigido por Cary Fukunaga. Escrito por Nic Pizzolatto
Éste es el capítulo que envió
Pizzolatto a los Emmys y por el que está nominado. Narrativamente fascinante,
relata el asalto a la casa, mezclando la realidad de lo que pasó con la
historia que cuentan Martin y Rust en el presente. Un juego de espejos
deformados. Tenso, críptico, fascinante. Vamos, como toda la serie. Y,
obviamente un prodigio de dirección tanto en la forma de rodar la acción como a
la hora de crear tensión y ambientes insanos, casi fantasmagóricos.
4. Granite State de Breaking Bad
Dirigido y escrito por Peter Gould
Los restos del naufragio. Tras la
cima de la serie, Ozymandias, y su efecto devastador, llegó este lacónico
Granite State. Ahogado en la más absoluta de las tristezas. La historia de una
derrota. Y de repente, cuando parecía imposible ya… Walter White volvió a ser
humano. Y en 50 minutos nos contaron cómo se produjo esa transformación, cómo
se volvió a levantar para intentar arreglar un poco de todo lo que había
destrozado. Es un capítulo que arde.
3. The last call de The Good Wife
Dirigido por Jim McKay. Escrito por Michelle y Robert King
En todo listado de los mejores
capítulos de la temporada lo lógico sería encontrarse en este puesto (o más
arriba) a Hitting the fan (aka La Boda Roja de The Good Wife). Y obviamente Hitting the fan es una obra maestra,
un capítulo explosivo, un cambio de las piezas del tablero demoledor. Y también
es el capítulo que más me enfureció este año. Pero… The last call es el que más
me conmovió. El capítulo narra lo que te pasa, lo que sientes, o lo que no
sientes, o lo que no te pasa, cuando te arrean el golpe más fuerte de tu vida.
Así, seguimos a Alicia Florick a través de la ciudad persiguiendo un fantasma, una
frase que nunca se terminó… una posibilidad que como tantas otras se perdió en
los océanos de decisiones no tomadas. Precioso.
2. The Strategy de Mad Men
Dirigido por Phil Abraham. Escrito por Semi Chellas
El gran capítulo de esta primera
mitad de la última temporada de Mad Men
fue sin duda The Strategy. El regreso de Don y Peggy a las coordenadas por las
que transitaron en la cumbre de la serie, sí, The Suitcase. Esa secuencia que
comparten con Sinatra de testigo es la más dulce y dura que he visto este año.
Un capítulo modelo que funciona como catarsis casi silenciosa para sus
protagonistas. La vida, como siempre, rompiendo las ventanas de la serie de
Weiner.
1. Ozymandias de Breaking Bad
Dirigido por Rian Johnson. Escrito por Moira Walley-Beckett
"A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos" |
No tengo un listado de mis
capítulos favoritos de todas las series que he visto. Sé que en él estaría Two
Cathedrals de The West Wing, o el
arriba mentado The Suitcase de Mad Men,
y también sé que estaría Ozymandias. O cómo el capítulo cumbre de una de las
grandes series de la historia se hiló a través de un poema homónimo de Percy
Shelley. ¡Hay que tener una osadía sin límites! Coger un poema del romanticismo
y a partir de él contar la caída de Heisenberg. La bomba atómica narrativa de
la serie. El resultado fue un capítulo que hace que el corazón se te salga por
la boca todo el rato (no diriges bien tú ni nada, Rian Johnson), cargado de
adrenalina, poético, hermoso en su fatalidad, viscoso, desagradable, árido y
ácido como muy pocos que yo haya visto. Ozymandias es pura devastación.
“Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia
de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas
se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.