Telefilm
Enorme error ha cometido la
Academia al volver a bifurcar la categoría de mejor miniserie/telefilm en dos.
Si cuando las unió pesó la brutal escasez de miniseries, como contó Molitsanti
en este post tan interesante, ahora la situación es a la inversa, hay mucho
nivel de miniseries y ninguno en telefilms, puesto que más allá de las que
produce HBO y alguna venida de UK, sólo canales de pésima calidad elaboran este
tipo de productos.
5. Killing Kennedy
Este telefilm de National
Geographic, que sigue la saga iniciada el año pasado por Killing Lincoln, no aporta nada nuevo a lo que mil y una vez nos
han contado sobre el asesinato de John Fitzgerald Kennedy. Su mayor mérito es
que se deja ver. Así de ínfimo es el nivel de los telefilms este año. A su
favor también que visualmente no parece una baratija de las que asustan por su
cutrez, como uno de los nominados en los Emmys: The Trip to Bountifiul
4. Burton and Taylor
Este telefilm es un duelo de 1
hora y media entre dos personajes tan abrasadores como Richard Burton y
Elizabeth Taylor. La película no está mal escrita aunque es bastante
superficial. Quizás su problema sea que Dominic West y Helena Bonham Carter no
son ni parecen ser Burton y Taylor. No resultan creíbles en los papeles, y eso
no quiere decir que estén mal, porque no lo están, pero es que no son ellos.
Bonham Carter es una gran actriz pero no se parece en nada a Elizabeth Taylor,
no tiene su magnetismo, ni su sensualidad, ni su aura de perdición y
autodestrucción.
3. Muhammad Ali’s Greatest Fight
A mí me encantan los debates
jurídicos, por eso disfruté mucho, por ejemplo, con las largas secuencias sobre
debate constitucional de Lincoln, por eso creo que disfruté tanto de este
telefilm de Stephen Frears, ese obrero del cine. Se me pasó volando, me pareció
muy interesante, los actores veteranos están muy bien, tiene momentos que se
apartan del Tribunal que quizás no funcionan. Pero aún así, merece la pena esta
aproximación a la sentencia del Tribunal Supremo sobre la objeción de conciencia
esgrimida por Ali para no participar en la Guerra de Vietnam. También pinta
bastante bien el clima de agitación política que vivía USA al inicio de los 70.
2. Sherlock: His Last Vow
En una jugada astuta dada la
fragmentación de la categoría en dos y el flojísimo nivel en la de telefilm, Sherlock ha pasado de considerarse
miniserie a competir en telefilm sólo con su último capítulo de la temporada.
Este His Last Vow es el mejor de los
tres capítulos de esta tercera temporada, el más denso y poderoso
dramáticamente y también el más parecido al formato de la serie. Te atrapa de
principio a fin, te acorrala tanto como a sus protagonistas y termina con un cliffhanger muy poderoso. Podría haber
sido un buen ganador.
1. The Normal Heart
Inteligente, tierna, agria,
devastadora, apasionada. Todas esas cosas, y alguna más, es The Normal Heart, la aproximación de
Ryan Murphy a la explosión de la epidemia del SIDA en la comunidad gay de Nueva
York a comienzos de los 80. Es una película que te remueve las entrañas y
además te hace pensar. Un film político más que un drama sobre enfermedades. Y
aunque cuenta muy bien la parte emocional, la lucha contra la enfermedad, el
lento desfile de muertes, es en la dimensión política donde The Normal Heart se convierte en una
película realmente relevante. Hay algún exceso visual, pero lo cierto es que
este es el Ryan Murphy más contenido que hayamos visto, y se agradece. Salvo
sorpresa mayúscula ganará el día 25, y será muy justo, porque de verdad es una
obra relevante.
Miniserie
5. The Spoils of Babylon
Una miniserie cómica con formato
de sitcom que es una parodia del melodrama americano tipo Gigante. Esta es la
propuesta que el tándem Piedmont-Steele (director y guionista de Casa de mi padre) le vendieron al canal
IFC (cuyo buque insignia es Portlandia)
con Tobey Maguire en un papel de protagonista-narrador que parece una parodia
del que interpretó el año pasado en The
Great Gatsby (Luhrmann, 2013), rodeado de Kristen Wiig, Tim Robbins, Will Ferrell y Haley
Joel Osment entre otros. Y lo que pudo ser un estrepitoso fracaso, ha resultado
ser una rara avis muy divertida que no sólo no reniega de su banalidad sino que
hace apología de la misma. No busca trascender, sólo que nos echemos unas
risas. Y lo consigue.
4. Luther
Aunque esta entrega del detective más oscuro de Londres
haya sido la más floja de las 3 que ha tenido, ha mantenido esa atmósfera
abrasadora y ese correr hacia delante de su protagonista. Cada vez más
arrinconado por sus propios pecados, John Luther se ha movido aún más como un
elefante en una cacharrería. Los casos han estado bien, aunque ha dado la
sensación de que la serie ha llegado a su final muy cansada, tirando de
demasiados deus ex machina. Aún así, un placer, como siempre.
3. American Horror Story: Coven
Tras la monumental Asylum había muchas expectativas puestas
en la aproximación del dúo Falchuk-Murphy (más el director Gomez Rejon… una
bestia) al mundo de la magia y la brujería de New Orleans. Y creo que hay
bastante consenso en que las expectativas no se vieron cumplidas. Frente a la
densidad y del año pasado, éste optaron por un tono más ligero. Ante el guion
medido al milímetro (salvo por lo de los aliens) de Asylum, que contó un relato que fue de menos a más, en esta
temporada la historia se fue moviendo a trompicones, a golpe de ocurrencias.
Dicho lo cual… yo me lo pasé como un enano. Cuando asumes que no estás ante una
entrega que haya que tomar en serio, lo que queda es un gozoso desparrame wtfuckero, con diálogos punzantes,
miradas de tiburón y secuencias entre lo absurdo y lo genial.
2. Fargo
Si la antología de Noah Hawley no
se impone el 25 estaremos ante una de las grandes sorpresas de la noche. Unánimemente
aplaudida, Fargo fue uno de los
grandes estrenos televisivos de esta temporada. Visualmente espectacular y
narrativamente redonda. Supo capturar el humor negro y el aire de fatalidad del
universo Coen y crear algo autónomo, con alma e identidad propias. Pocos
placeres más inmersivos he tenido este año. Ver Fargo era sentarse durante 50 minutos rodeado de una nieve densa
que te atrapaba.
1. Treme
Aprovechando que esta última
temporada de Treme, sólo tuvo 5
capítulos a modo de conclusión del relato, HBO la movió en los Emmys de las categorías
de drama a las de miniserie y la jugada se ha saldado con nominaciones en
dirección, guion y en la categoría principal. En mis Emmysalternatives le ha
ido mejor, básicamente porque es una serie que me ha calado muy hondo, a la que
tengo mucho cariño y respeto. Incluso diría que yo admiro Treme, su humanismo
exacerbado, su furiosa denuncia de los problemas de la America urbana, su
lacónica tristeza e incluso melancolía, pero también su capacidad de resultar
optimista hasta en los momentos más oscuros. Para mí siempre New Orleans será Treme, y uno de los sueños de mi vida es
pasar allí un Mardi Gras. Gracias, gracias por tanto, David Simon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.