PARKS AND RECREATION - Última temporada
Anoche NBC emitió el final de Parks
and Recreation, que junto a The
Office, 30 Rock y Community ha sido una de las sitcoms más
ilustres de la cadena del pavo real desde que su bloque de comedia de los
jueves entró en crisis de audiencia. De las noches millonarias de la época de Seinfiled, Friends o Frasier, hemos
pasado a esta actual temporada en la que NBC ha terminado por desmantelar la
franja de programación cómica que era su principal seña de identidad. Por el
camino, las 4 series mentadas anteriormente mantuvieron la calidad de antaño
tirando de un humor más irónico y meta. De las 4, sólo The Office fue un éxito de audiencia, y sólo 30 Rock triunfó en los premios. Community
elevó la sitcom a obra de autor (y de nicho). Mientras que Parks and Recreation optó, tras su segunda
temporada, por un tono más cálido, una comedia descacharrante pero también
tierna, hecha desde el corazón y para el corazón. Quizás no sea tan intelectual
como 30 Rock ni tenga unos gags tan brillantes como The Office, pero supo conjugar un poco lo mejor de cada una de
ellas para terminar consolidando su propio estilo cómico (y dramático).
Con el final de Parks and Recreation, NBC se queda sin
comedias de calidad. Y la televisión un poco más desangelada. Parks era mi happy place. Pawnee, el
pueblo ficticio de Indiana dónde estaba ambientada, era ese sitio donde
refugiarme en los días tristes. Siempre había allí risas y abrazos para mí. La
serie de Michael Schur supo
encontrar el punto intermedio perfecto entre lo entrañable y lo crítico. Entre
la caricia y la tarta estrellada contra la cara de Garry. Abordó la función
pública desde una perspectiva positiva, cosa refrescante en los tiempos cínicos
en los que vivimos, pero sin desechar el elemento crítico sobre papel del Gobierno
en nuestras vidas a través del libertario Ron
Swanson. El Swanson de Nick Offerman
es ya un personaje emblemático de la televisión, la encarnación total del valor
americano más puro: la libertad. Su pirámide de la grandeza, su amor por la
naturaleza y la carpintería, su visceral odio al Gobierno (aunque trabajara
para él), su devoción por la carne… Mil detalles con los que nos ha ganado el
corazón y la sonrisa a lo largo de estos años.
Swanson ha ejercido de perfecto
contrapunto al amor desmedido de Leslie
Knope por la función pública entendida como incansable trabajo por el bien
común, al servicio de los demás. Pasarán los años, y al igual que Liz Lemmon o
Michael Scott, Leslie Knope será recordada como uno de los personajes más
estimulantes, carismáticos y fascinantes de la comedia americana del nuevo
siglo. Su obsesión con el trabajo, con la perfección, el amor que vomitaba
sobre sus seres queridos y su entusiasmo vital, me han hecho una persona más
feliz. Y eso implica ser mejor persona. Tener una mirada más pura del mundo,
más humanista. Amy Poehler es una de
las mejores cómicas de su generación. También una de las más apasionadas y
entregadas. Un lujo de actriz.
Al lado de estos dos personajes
antagónicos (pero unidos por una honda amistad) en Pawnee hemos podido descubrir
a Aubrey Plaza como la reina de la
comedia negra, dando vida a la cruelmente entrañable April
Ludgate, y sorprendernos con la vis cómica de Chris
Pratt (Andy Dwyer-Bert Macklin-Johnny Karate) mucho antes de que Marvel lo hiciera famoso en todo el planeta (algunos ya eramos prattistas desde Everwood, mucho antes del surgimiento del prattismo). Además, Rashida Jones (Ann) pudo consolidar lo ya demostrado durante su paso por The Office y Rob Lowe (Chris) parodiarse a sí mismo en un personaje
tan hilarante como irritante. Aziz Ansari (Tom) encarnó al egocentrismo de
nuestro acelerado mundo a la perfección. Mientras que Retta (Donna) y Jim O’Heir
(Garry-Jerry-Larry-Terry Gergich), supieron estar en un espléndido segundo
plano haciendo funcionar todas las tramas en las que estaban incluidos. Para el
final dejo al Ben Wyatt de Adam Scott. También conocido como el
hombre perfecto. Friki, inteligente, inseguro, entrañable, cariñoso e
incomprendido. Uno de los personajes más achuchables de la televisión. Parks and Recreation además de una
fantástica serie sobre un work place o una comedia de amigos, ha sido una gran
romcom disfrazada, que nos ha contado la historia de amor (y progresión
profesional) de Leslie y Ben (bajo la bendición de la mejor mascota/emblema del
mundo: Li’l Sebastian).
Si bien es cierto que la sexta temporada de Parks and Recreation no estuvo a la altura de las 4 anteriores, que se la notó por primera vez cansada, que la trama de la destitución de Leslie Knope fue una mala idea y que la unificación con Eagleton sólo funcionó a medias. Si bien es cierto todo esto, decíamos, no es menos cierto que Parks and Recreation se ha mandado una última temporada antológica, tras el salto temporal a 2017 con el que se había cerrado el curso anterior. Digna de ser estudiada y analizada. Ya The Office y 30 Rock habían encomendado sus últimas temporadas a la melancolía cómica y a la progresión dramática de sus personajes. Sin embargo ninguna de sus dos (excelentes) últimas entregas alcanzó la redondez de la que ha hecho muestra Parks and Recreation.
Para la historia deja ya 3 de los
mejores capítulos de la serie: Leslie
and Ron (7x04), The Johnny Karate
Super Awesome Musical Explosion Show (7x10), digno de las mejores The Office y Community, y la series finale, One Last Ride (7x12-13). Autorreferencias, progresión narrativa a
golpe de flash-forwards bien hilados, y sobre todo saber explotar al máximo
todo el bagaje sobre el que están asentados sus personajes. Esta temporada de Parks and Recreation la he visto entre
risas, sonrisas, lágrimas y aplausos. No le ha sobrado ni faltado nada. Ha
sido, repito, redonda. La forma perfecta de cerrar una comedia tan veterana.
Schur lo apostó todo a los personajes y salió bien parado. Básicamente porque
frente a otras sitcoms, todo la galería de personajes de la serie (y los
actores que le dieron vida) son brutales. Hoy es un día muy triste para mí. Se ha terminado mi segunda sitcom favorita
(la primera sigue siendo 30 Rock). Me siento un poco más sólo en este mundo.
Como si alguien me hubiera arrancado un saco de risas de mi interior y me haya
dejado sumido en la melancolía. Nunca dejaré de recomendar esta serie. Esta
preciosa serie.
Preciosa entrada. Refleja muy bien lo que yo también he sentido por esta serie. Aún no he llegado a este último episodio porque, en realidad, todavía no quiero despedirme de ninguno de los personajes. Aunque sé que no podré contenerme y caerá en breve.
ResponderEliminarPor cierto, no sé cómo no había descubierto antes tu blog, cuando te sigo por Twitter desde hace tiempo, pero me ha gustado un montón cómo escribes, así que entra directamente a mi lista de RSS.
Un saludo y larga vida a Ron Swanson.
Ohhh muchísimas gracias :) En serio, me alegro de que te haya gustado :)
EliminarCuando lo veas vas a sufrir y vas a disfrutar a partes iguales. Toda esta temporada me ha provocado una mezcla de sensaciones y sentimientos muy extraña. Y el último capítulo más. Sientes ese vacío de despedirte de algo a lo que quieres mucho jajaja :)
Un abrazo y sí, larga vida a Ron Swanson! xD