ACTRIZ DE REPARTO
5. Imelda Staunton por Pride
Es increíble el poco respeto
general que se le tiene a Staunton frente a otras grandes damas del cine
británico como Helen Mirren o Judi Dench (Maggie Smith y Vanessa Redgrave
juegan en otra liga, en mi humilde opinión). Staunton vuelve a demostrar en Pride que es una actriz total, capaz de
encarnar a cualquier tipo de personajes con la misma solvencia. Saltar del
drama a la comedia en un mismo plano y resultar brillante en todos y cada uno
de sus registros. En Pride emociona y
hace reír. ¿Qué más se le puede pedir?
4. Érica Rivas por Relatos Salvajes
Ni Darín, ni Sbaraglia, ni la
concha de tu madre, la verdadera estrella de ese circo de pista múltiple que es
Relatos Salvajes es sin duda alguna La Novia (Uma, siempre en mi corazón),
interpretada con un desparpajo, una densidad y una capacidad de mutación
impresionantes por Érica Rivas. Si el gran personaje femenino del año es la Amy
Dunn de Rosamund Pike en Gone Girl,
La Novia de Rivas es su reflejo en clave de retorcidísima comedia. A partir de
ahora cuando alguien me pida que lo grabe, huiré despavorido.
3. Jessica Chastain por A most violent year
Hemos incurrido, yo el primero, en una glorificación desmedida de Jessica Chastain en el último lustro. La histeria ha llegado al punto de pedir premios para ella antes de ver su interpretación o indignarse, como este año, porque la dejaran fuera de los Oscar. Jessica Chastain está fantástica en A most violent year. ¿Hay alguna vez que no lo esté? Despoja a su rostro de toda candidez y se transforma en un complejo cruce entre femme fatale y matriarca todopoderosa. Aunque yo sí la hubiera nominado (mi quinteto sería Arquette, Stone, Clément, Watts y Chastain), no me parece ningún escándalo que no se colara en la terna. Otros trabajos mejores de Chastain están por llegar. Arranqua el film con mucha energía, devorando cada una de sus secuencias, desprendiendo muchísima tensión con la mirada, pero durante la segunda hora su personaje se diluye, y el film se transforma en el via crucis personal de Oscar Isaac. Jessica Chastain firma otro personaje hipnótico para una carrera que en menos de un lustro ya es digna de ser recordada.
3. Jessica Chastain por A most violent year
Hemos incurrido, yo el primero, en una glorificación desmedida de Jessica Chastain en el último lustro. La histeria ha llegado al punto de pedir premios para ella antes de ver su interpretación o indignarse, como este año, porque la dejaran fuera de los Oscar. Jessica Chastain está fantástica en A most violent year. ¿Hay alguna vez que no lo esté? Despoja a su rostro de toda candidez y se transforma en un complejo cruce entre femme fatale y matriarca todopoderosa. Aunque yo sí la hubiera nominado (mi quinteto sería Arquette, Stone, Clément, Watts y Chastain), no me parece ningún escándalo que no se colara en la terna. Otros trabajos mejores de Chastain están por llegar. Arranqua el film con mucha energía, devorando cada una de sus secuencias, desprendiendo muchísima tensión con la mirada, pero durante la segunda hora su personaje se diluye, y el film se transforma en el via crucis personal de Oscar Isaac. Jessica Chastain firma otro personaje hipnótico para una carrera que en menos de un lustro ya es digna de ser recordada.
2. Naomi Watts por Birdman
Si Michael Keaton y Edward Norton
se parodian a sí mismos (y algo más, reflexionan en profundidad sobre sus
carreras y sus miedos), Naomi Watts, en un trabajo sutil, delicado, hace algo
similar. Esa actriz con talento atormentada por sus inseguridades y malas
decisiones es una de las composiciones más valientes y delicadas que ha hecho
jamás Watts. Bien merecía la nominación al Oscar. Pena que el (enorme) trabajo
de Emma Stone la eclipsara. Volverá a ofrecernos otras grandes
interpretaciones, seguro.
1. Suzanne Clément por Mommy
Suzanne Clément, al igual que
Anne Dorval, retoma una variante del personaje que ya interpretó hace 5 años en
la ópera prima de Dolan, la profesora que funciona de pegamento entre una madre
y un hijo a la deriva. Entre medias, dio un recital interpretando a la
protagonista de Laurence Anyways, esa
mujer enamorada sumida en una relación imposible. En su tercera colaboración
con Dolan, entrega una interpretación superlativa como una mujer con problemas
para hablar, asustada, triste, deprimida. Un trabajo muy sutil, la calma entre
los dos protagonistas del film. Fabulosa.
ACTRIZ PROTAGONISTA
Poco a poco, Kristen Wiig se está
convirtiendo en una gran actriz de comedia dramática. Le falta hacer un film
con un gran cineasta (hola Alexander Payne, hablo contigo), pero desde luego The Skeleton Twins es un gran paso
adelante en su carrera como actriz de nivel. Esta hermana autodestructiva y
perdida en su vida, aburrida, que vive en estado de hibernación, es un papel
muy jugoso con potentes secuencias tanto cómicas como dramáticas, y Wiig borda
con la misma solvencia unas y otras. Su fantástica química con Bill Hader me ha
regalado algunos de los minutos más divertidos de mi año cinéfilo.
4. Scarlett Johansson por Under the skin
En los dos años que llevo
haciendo Los No Oscar en este blog, tres nombres se han repetido ambas veces. De
Gyllenhall e Isaac ya hablé ayer, hoy es el turno de Johansson, que si el año
pasado puso su voz al servicio de la historia de Spike Jonze en Her, este año (en realidad estamos ante
un film de 2013 también) entregó su cuerpo a la exhibición audiovisual de
Jonathan Glazer en Under the skin.
Una interpretación tan física y magnética como el propio film. Era fácil caer
en el ridículo, y Johansson no lo hace. Vuelve a estar, otra vez (he aquí un
fan fatal), fantástica.
3. Elisabeth Moss por The One I love
Los que me conocen sonreirán al
ver a Elisabeth Moss en esta lista y por una película que no conoce ni el tato.
Sí, es cierto, soy totalmente parcial con respecto a Moss, la quiero demasiado.
La quiero desde que era la hija de POTUS en The
West Wing. La quiero por Top of the
lake pero, obviamente, la quiero sobre todo por Mad Men. Hecha la confesión, Elisabeth Moss está brillante en su
papel [SPOILER] doble, en esta cinta de ciencia ficción conceptual (sí, me
acabo de inventar, precisamente, el concepto), en la línea de Coherence, Another Earth o The Man from Earth, es decir, grandes ideas, presupuestos
mínimos. La película se juega toda su credibilidad en la capacidad de Moss y su
partenaire, el niño bonito del indie, Mark Duplass, de sostener una premisa muy
retorcida y que empuja a sus protagonistas a sacar a la luz lo peor de sí
mismos. Elisabeth Moss está increíble, pintando esa fragilidad, esa furia, esos
monstruos parapetados en lo más oscuro de sus entrañas. También está
resplandeciente, casi chispeante, en los momentos de enredo o de comedia
negrísima. Es un trabajo muy complejo y completo. Una pena que la película haya
pasado totalmente desapercibida ya no sólo en los premios, sino entre crítica,
público y cinéfilos.
2. Jenny Slate por Obvious Child
Sin duda alguna Jenny Slate ha
sido la actriz cómica del año (los Golden Globes haciendo siempre tan bien su
trabajo oiga). Es imposible no reírse con ella en Obvious Child. Ya sea haciendo stand-comedy, ligando o lidiando con
sus crecientes problemas. Slate logra conseguir que hasta las secuencias
dramáticas del film sean graciosas, y que tengan mucha chispa. Obvious Child duele cuando menos te lo esperas, y ello se debe en parte a que
Slate logra dotar al personaje de un patetismo enternecedor, de una ironía
dulce.
1. Anne Dorval por Mommy
Para los que creíamos que la
Katey Sagal de Sons of Anarchy era la
choni de mediana edad definitiva, Mommy
nos ha demostrado que estábamos equivocados, Sagal es un terremoto pero no
tiene la naturalidad y la hondura dramática de Anne Dorval, la mujer que
sustenta en su casi inquebrantable optimismo e instinto de supervivencia, gran
parte de la película de Dolan. Si Anne Dorval no fuera la bestia interpretativa
que es, que tan rápido se pasa de la comedia al drama, de la romcom al cine
social, del drama psicológico al emocional, sin todo eso, Mommy no sería la película mayúscula que ha terminado siendo. Dorval hace creíble y
palpable cada una de sus secuencias. Inspira ternura, respeto, cariño y
fascinación. Tiene una presencia apabullante. Es una fuerza de la naturaleza.
Ella y no la solvente, pero corriente, Felicity Jones de la aún más corriente The Theory of Everything debería haber
estado nominada al Oscar. Hubiéramos tenido uno de los quintetos de actriz
protagonista de mayor nivel de la historia. Pero la desaparición del film
frente a Ida o Leviathan y la presencia de la descomunal Marion Cotillard de Deux jours, une nuit, hizo imposible el
sueño. Aquí está mi No-Oscar, Señora Dorval.
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