Ha sido muy difícil hacer esta lista, porque quizás 2014 ha sido el año televisivo con mejores estrenos que he vivido jamás. Me he dejado fuera varias series que me encantan, como Happy Valley, The Missing y sobre todo, You're the worst, entrañablemente irónica.
10. Looking (HBO)
10. Looking (HBO)
A mucha gente Looking le pareció una decepción
mayúscula. A mí no. Es verdad que sus primeros capítulos son bastante
mediocres, pero desde el episodio embotellado de Jonathan Groff y Raul Castillo
la serie se convirtió en una ficción muy interesante, y sobre todo, sensible.
Esta historia de unos amigos gays en San Francisco fue, para mí, un lugar
calentito donde acurrucarme y pensar en mi vida. Pensar en los miedos, las
frustraciones, los sueños… La disfruté un montón.
9. The Knick (Cinemax)
Este drama médico de época dirigido
por Steven Soderbergh es casi como una sacudida violenta al panorama seriéfilo.
Arriesgado y gélido tanto formal como narrativamente. A ratos repulsivo y a ratos hipnótico. Esta
serie es como un bisturí que se adentra en nuestro cuerpo sin ningún
miramiento. Cortando y punzando. A mí a veces me sacaba del relato, o yo me
salía. Hacía que me sintiera muy perdido. En cambio en otras ocasiones no podía
quitar los ojos de la pantalla. Es una fascinante y sucia aproximación a la
medicina avanzada en tiempos primitivos. Pero también al problema racial, por
ejemplo.
8. Gomorra (Sky Italia)
El mundo seriéfilo se rige por un
aplastante anglocentrismo, en el que el 90% de series que vemos son o yankees o
british. Por eso cuando una serie no anglófona irrumpe en dicho mundo, muchos
nos lanzamos a verla con la nítida intención de quererla. Antes fueron series
escandinavas como Bron/Broen o Borgen, o series francesas como Les Revenants,
este año la gran serie de habla no inglesa, por lo menos en repercusión, fue
sin duda Gomorra, que aún así es una producción de un canal subsidiario de
Robert Murdoch. Esta historia de un clan mafioso en Nápoles ha sido, sin duda
alguna, un placer. El poder lo abrasa todo.
7. Broad City (Comedy Central)
En mi afán por demostrarme a mí mismo que puedo contenerme, devoré
Broad City en dos días, en lugar de
en una madrugada. Conecté al instante con esta versión en modo despiporre on de
las Girls de Lena Dunham. Sin duda
alguna fue la serie con la que más me reí este 2014. Las aventuras y
desventuras de Abbie e Ilana, unas veinteañeras a la deriva, en el New York de
las 1000 oportunidades, son un placer de ver y disfrutar. Jamás olvidaré la secuencia de "he meado un condón".
6. The Affair (Showtime)
Ella dijo, él dijo, posiblemente
ambos mintieran. Este drama sobre dos matrimonios en crisis que
implosionan por un affaire de verano, ha sido la gran revelación de este otoño
seriéfilo. Un juego narrativo en el que en el espectador nunca sabe dónde está,
si algo de lo que le cuentan es cierto, si ha caído en la trampa. Además, The Affair es un relato desolador sobre
las grandes y pequeñas fracturas que nos van transformando lentamente. A
nosotros mismos y a las personas a las que amamos. Esperemos que no se les vaya
de las manos, por ahora es una serie notable.
5. The Leftovers (HBO)
Había bastantes ganas de fustigar
a Damon Lindelof y sin embargo, tras un inicio tibio, The Leftovers terminó convirtiéndose en un drama soberbio sobre lo
herida que está nuestra sociedad. En un segundo desaparecen millones de
personas y los que quedan en el mundo, los restos, se sumen en una honda crisis.
Este drama de personajes nos muestra a un grupo de zombies sociales vagar lenta
e inexorablemente hacia la desesperación. Sin rumbo, solos incluso cuando están
acompañados. Si es que somos tan frágiles…
4. Halt and catch fire (AMC)
Aunque la serie anterior terminó
por eclipsarla, en cuanto a exposición tanto en medios como en redes, este
drama sobre los pioneros de la informática personal en los años 80, fue mi gran
placer del verano seriéfilo. Una serie fascinante sobre hombres y mujeres que
ante ponen sus ideas y su ambición ante todo. Una ficción sobre la pasión por
inventar algo nuevo, por avanzar hacia el horizonte. Formalmente soberbia, con
un reparto y una galería de personajes muy interesantes, Halt and catch fire fue todo un placer. Le ha costado a AMC, pero
ha vuelto a dar a luz a una serie buena de verdad.
3. Transparent (Amazon)
Por fin Amazon dio con la tecla adecuada
gracias Transparent, una comedia
dramática de autor sobre una familia peculiar que se ve sacudida por la
decisión del padre de ser lo que siempre quiso ser: una mujer. La serie de Jill
Soloway aborda con mucha sensibilidad los miedos y esperanzas de una mujer
encerrada en el cuerpo de un hombre durante toda su vida, y las consecuencias
que ello tiene no sólo en su vida, sino también en las de sus hijos. Es una
aproximación brillante tanto a la familia como a la sexualidad.
2. Fargo (FX)
¿Coger lo mejor del mundo de los
Coen, hacerlo tuyo y crear una historia completamente diferente pero que
mantenga lazos respetuosos con su relato padre? Guau Noah Hawley, te has
lucido. La primera temporada de Fargo
ha sido adictiva y brillante, ha ido de menos a más hasta desembocar en una traca
final de episodios de una tensión increíble. Ha generado un grupo de personajes
llamados a ser recordados durante décadas. Yo era muy escéptico, pero no podía
estar más equivocado, Fargo es una serie descomunal. Un regalo para los que
disfrutamos con las buenas historias tanto como con los productos visualmente
cuidados al milímetro.
1. True Detective (HBO)
Tras el boom inicial que la elevó
a obra maestra instantánea, se ha ido consolidando una corriente que le resta
méritos a la serie de Nic Pizzolatto, como respuesta a ese
sobre-dimensionamiento. Ni tanto ni tan poco. True Detective no es el mesías que la televisión esperaba, pero desde
luego sí es una gran serie. Oscura, enigmática, profunda, adictiva. Yo vi sus
ocho capítulos en estado de trance. Es verdad que la disfruté más al principio
que al final, al contrario que Fargo,
pero aún así me parece una apuesta, tanto formal como narrativamente,
espectacular.
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