PENNY DREADFUL - Primera Temporada
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El pasado duele |
Una de mis películas favoritas
españolas es un drama intimista que dirigió Pilar Miró en 1981, cuya
protagonista absoluta es Mercedes Sampietro en el papel de una periodista
perdida en la soledad. La película tiene el maravilloso (por no decir
milagroso) título de Gary Cooper, que estás en los cielos...
Recuerdo que la cacé ya hace mucho tiempo una noche en La 2 (¿dónde si no?). Y
a partir de ahí me obsesioné tanto con ella como la protagonista con Gary
Cooper. O como el personaje principal de Penny Dreadful, Mrs. Ives, con los
demonios exteriores… e interiores. Este domingo, a la vez que HBO lanzaba su
estreno del verano, The Leftovers, Showtime, la otra gran cadena de cable premium,
ponía punto y final a la primera temporada de su nueva ficción primaveral, el
drama gótico Penny Dreadful, creado y
escrito por el guionista John Logan.
La propuesta de Logan se cimenta
en mezclar la tradición de los relatos terroríficos de cuestionable calidad con
las grandes obras literarias inglesas del S.XIX de corte fantástico. Poner a
bailar a hombres lobos con Dorian Gray. El reto de Penny Dreadful era hacer un producto con una esencia de serie B,
pero rodado con la elegancia de un drama de qualité. Y lo logra. Más allá de si
uno compra o no compra el relato fantástico (y fantasmagórico) que la serie
presenta, la apuesta formal es formidable. Desde los dos primeros capítulos,
dirigidos por J.A. Bayona, la serie
ha tenido un empaque visual espectacular. Hermosamente lúgubre. De una belleza
lánguida, como la de su protagonista, Eva
Green. Este drama victoriano no nos ha descubierto nada que muchos ya
supiéramos desde hace 10 años, pero aún así, guau Eva Green, guau.
En el año 2003, Bernardo
Bertolucci, uno de los cineastas europeos vivos más relevantes, estrenó The Dreamers, una historia ambientada en
el 68 parisino, que giraba en torno a tres temas: el cine, la política y el
sexo. Y que tenía a su vez tres protagonistas, los desconocidos hasta ese
momento Louis Garrel, Michael Pitt y Eva Green. Como es, no sólo una de mis
películas favoritas, sino también una de las películas de mi vida, he
arrastrado durante todo este tiempo mi amor por ellos. Sobre todo por Green.
Recuerdo las primeras veces que vi la película siendo un adolescente que cuando
ella estaba en el plano, no había nada más, era turbadoramente deslumbrante. Esa
luminosidad juvenil ha dejado paso a un halo de misterio que impone. Impone
mucho. Por eso mismo, Penny Dreadful
le ha llegado a Eva Green en el momento adecuado de su carrera. Ya tiene la
entidad dramática necesaria como para afrontar a Mrs. Ives, o más que a Mrs.
Ives a los múltiples monstruos que la habitan. Así, la serie es ante todo el
show de Eva Green, la mayor exhibición interpretativa de una actriz en la televisión
actual (sólo superada por las Maslany
de Orphan Black). Muy fácilmente se
podría haber estrellado en todas las secuencias de posesión que tiene, que no
son pocas precisamente, incluido el 1x07, un episodio totalmente poseído, y oh, milagro, no sólo no lo
hace, sino que se recrea en su éxito, en su osadía. Penny Dreadful es ante todo un salto interpretativo sin red, un
papel de esos que marcan una carrera, de esos que agotan a un actor, que
necesitan que este ponga todas las cartas sobre la mesa. Sólo por disfrutar de
la fragilidad y la fiereza, la rabia, el derroche, que imprime a su Mrs. Ives,
vale la pena la serie. No hacía falta nada más.
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El retrato de Dorian Gray |
Pero siendo justos, y aunque lo
mejor de la ficción de Showtime sea Eva Green, en Penny Dreadful hay muchas más cosas. Un mundo interesante, un grupo
de hombres asediados por sus errores pasados (que se lo digan al Dr. Frankenstein
que interpreta Harry Treadaway), unas
secuencias de acción sucias, y una viscosa sensación de que el mal está en
todas partes y en todas las personas. Me gusta especialmente ese dibujo que
hace de la sociedad victoriana como una sociedad enferma, truculenta, desde las
apuestas de perros que asesinan a ratas (¡vaya secuencia!) hasta el tratamiento
de las relaciones sexuales, violentas, asépticas, inhumanas. Como si el sexo
fuera un hechizo. Cuestión que se ve muy bien en la secuencia de música y
absenta en la casa de Dorian Grey (Reeve
Carney, no tiene el magnetismo necesario) en el 1x04.
También es importante señalar que
Penny Dreadful crece cuando tira de
flashbacks o de posesiones. Cuando juega a ser más sueño que realidad. Por eso
el mejor capítulo es el 5, Closer than sisters,
que nos explica quiénes son Mrs. Ives y Sir. Malcolm (Timothy Dalton cumple), por qué buscan a la hija de éste y como han
llegado hasta el punto en el que arranca el relato. Y también por eso todo lo
que rodea a La Criatura (Rory Kinnear,
irreconocible) es tan fascinante, porque tiene ese halo de ciencia ficción
clásico, de cuento gótico, de miedo y maravilla. Sin embargo, han sabido dotar
de complejidad a aquellos sectores de la ficción menos fantásticos, sobre todo
al Ethan Chandler de Josh Hartnett
(no será el mejor actor del mundo, pero este personaje lo clava), un pistolero de
poca monta que podría haber quedado en mero esbozo y que sin embargo es un
personaje atormentado muy interesante. A modo de conclusión, aunque la season finale la noté un poco falta de
energía, de fuerza, de impacto, el balance final es muy positivo. Siendo
sinceros no me esperaba nada de esta serie y sin embargo ha demostrado ser una
ficción consistente, a veces incluso hipnótica. Con los personajes y las reglas
de juego ya planteadas, su segunda temporada puede ser aún más interesante.
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