miércoles, 29 de diciembre de 2021

Mis series favoritas del 2021 I [del 40 al 21]

40 y 39. Lucía en la telaraña y Ruiz-Mateos: el primer fenómeno viral (RTVE Play)

El formato docu-serie ya había obtenido algún éxito importante, en cuanto a trascendencia social se refiere, con obras como Alcassèr, un true crime adictivo, pero 2021 ha sido el año de su explosión como fenómeno mainstream en España. Los tres de mayor trascendencia social han sido Rocío: contar la verdad para seguir viva (Telecinco), que abordaba el caso de violencia vicaria y maltrato psicológico televisado de Rocío Carrasco, la hija de La Más Grande. Dolores (HBO Max), una especie de The Affair en el que Dolores Vázquez, erróneamente condenada del asesinato de Rocío Wanninkhof, hija de su ex-pareja, Alicia Hornos, contrapone su versión de la historia a la de Hornos. Y ¿Dónde está Marta? (Netflix) sobre el asesinato y la investigación policial consecuente de Marta del Castillo. Los tres tienen elementos de interés pero también más agujeros (audiovisuales y éticos) que un queso gruyere. Por eso traigo a esta lista otras dos obras, ambas de la plataforma de streaming de la tele pública.

Lucía en la telaraña aborda un interesantísimo caso poco cubierto mediáticamente, en el que se entrelazan la violencia machista y la corrupción policial y empresarial. Una mujer, con información sobre actividades delictivas del SEPRONA en el tráfico de animales exóticos, es asesinada por orden de su ex-pareja, uno de los implicados en el caso. Su asesinato desenreda una maraña criminal. 

En las antípodas se encuentra Ruiz-Mateos, un empresario al que los medios de comunicación le entregaron sus altavoces para instalarse en la opinión pública española durante décadas. Todo ello a pesar de que había arruinado a miles y miles de familias en todo el país. Un Trump antes de Trump, vinculado al Opus y netamente español.


38. Fundación (Apple TV)

El azar y una pandemia han provocado que en el mismo año se hayan estrenado dos adaptaciones audiovisuales de dos de las sagas literarias de ciencia ficción más famosas del S.XX, Dune de Herbert y Fundación de Asimov. La segunda prometía ser el mayor éxito de la plataforma de streaming de Apple, su Juego de Tronos. Sin embargo, ha pasado alarmantemente desapercibida. La serie nos cuenta a través de tres tramas básicas (con saltos temporales) el previsible colapso del Imperio galáctico, regido por clones del primer emperador. Política, religión, ciencia y filosofía se entremezclan para dibujar una distopía espacial que, para una persona fascinada desde niño con la ciencia ficción y el espacio exterior, es un inmenso parque de atracciones. Eso sí, va de más a menos.


37. Doctor Portuondo (Filmin)

El humor de Carlo Padial (Algo muy gordo) no es apto para todos los estómagos. Hasta que estrenó la primera serie original de Filmin, para el mío tampoco. Sin embargo con esta historia me ha cautivado. Una versión nada disimulada de sí mismo lidia con sus neuras, traumas y problemas recurriendo a un psicoanalista cubano. La relación que se establece entre ambos, a ratos entrañable, casi siempre surrealista, es el auténtico motor de la serie. Padial acierta al llevar la precariedad al diván y la puesta en escena logra convertir en un acierto la evidente falta de presupuesto. Los planos están siempre al servicio de los personajes, actitudes y sus ideas.

 

36. Line of Duty (BBC | Movistar +)

El final de la sexta temporada de Line of Duty fue la emisión de ficción más vista de las últimas dos décadas en Reino Unido. Que una serie tan veterana se halle en la cima de su éxito y en un momento creativo tan espléndido tiene mucho mérito. Y más teniendo en cuenta que Jed Mercurio sigue escribiendo todos y cada uno de los episodios y desarrollando entre medias otros proyectos como la excelente Bodyguard. En esta entrega, Mercurio termina por atar los diversos cabos sueltos de las anteriores investigaciones, para certificar la corrupción institucionalizada en la Policía y su connivencia con el crimen organizado. Lo hace construyendo otro caso sensacional y adictivo, con una nueva "villana" tan buena como sus antecesores, interpretada por Kelly Macdonald, un seguro de vida. Ahora a esperar que ojalá Mercurio quiera escribir una séptima temporada.


35. The White Lotus (HBO Max)

Si existiera un título para la serie más refrescante del verano, este año se lo habría llevado The White Lotus de calle. Mike White (Iluminada) encierra a un grupo de blancos adinerados en un paradisíaco resort vacacional junto a los precarios trabajadores del establecimiento. Las relaciones se van enturbiando y los personajes van mostrado uno a uno todas sus miserias. White ni juzga ni se ríe de sus personajes, se limita a mostrárnoslos tal como son: en bastantes ocasiones tan horribles como nosotros mismos.


34. Vigil: conspiración nuclear (Movistar +)

El subtítulo español de Vigil nos retrotrae a los thrillers de los 90. Aquellos que veía de pequeño los viernes por la noche en Cine 5 Estrellas de Telecinco. Ya sea por suerte o por desgracia, esta miniserie de la BBC no va por esos derroteros palomiteros de aquel Hollywood. En Vigil, dos inspectoras, una montada en un submarino nuclear y la otra con los pies en tierra, investigan una sospechosa muerte acaecida en la nave. Cuánto más se aproximan a la verdad, más se retuerce una historia 100% disfrutable, que tiene de fondo la geopolítica mundial. Un thriller adictivo y lleno de giros que no descuida en ningún momento la construcción de personajes. Este tipo de serie solo la hacen así de bien los ingleses. 


33. How To With John Wilson (HBO Max)

La comedia más delirante y clarividente que se está haciendo en "televisión" es una especie de serie documental, que se centra, en cada capítulo, en un tema diferente. El monólogo cómico de John Wilson, narrado en voz en off, se fusiona con imágenes grabadas a través de la ciudad, unas parecen, casi, metraje encontrado, otras, videos caseros de Wilson. Lo real y lo ficticio se entremezclan en un estudio urbano provocador, camuflado por lo entrañable que resulta su autor.


32. Cardo (Atresplayer)

Antes del estreno de Cardo, una serie salida de la fábrica de Los Javis (pero que no es suya), la prensa madrileña le colgó el cartel de obra importante. Relato capital de una generación con el agua al cuello. La mía. Desde luego existe en Cardo esa ambición. La miniserie de Ana Rujas y Claudia Costafreda relata la caída al abismo de una joven millenial que va dando bandazos por la vida y acaba involucrada en un posible delito. La imaginería católica se da la mano con el relato posmoderno para componer un fresco de una generación con muchos problemas: económicos, emocionales... Si no me acabó de fascinar es porque creo que al igual que pasa con Todo lo otro (HBO Max), su reverso mainstream (y menos interesante), la serie no se puede sentir del todo real si se ve desde fuera de Madrid. Y esto no es, per se, una crítica. De todas formas, no sé si Cardo es una serie importante, pero sí que es interesante, tanto discursiva como estéticamente.


31. El tiempo que te doy (Netflix)

En el primer episodio de El tiempo que te doy vemos el nacimiento y el final de una relación. A partir de ahí, cada capítulo de 11 minutos nos cuenta un minuto más de cómo se lidia con el final del amor (presente) y un minuto menos de cómo fue la relación. Minuto a minuto, el dolor va dejando paso a la vida pero jamás se agota del todo, porque ningún olvido es absoluto, siempre habrá algún minuto del día en que los recuerdos vuelvan a llamar a la puerta. Es una pena que el final tire, en cierta forma, todo su discurso por la borda.


30. Dopesick (Disney +)

Estados Unidos está asolado por múltiples problemas estructurales enquistados. El racismo, la desigualdad social y territorial, la desprotección sanitaria... Pero hay uno bastante desconocido al otro lado del charco: la adicción a los opioides. Cientos de miles de estadounidenses son adictos a estas drogas legalizadas. Sobre todo blancos de los estados posindustriales. Dopesick aborda desde múltiples puntos de vista (adictos, médicos, fiscales, agentes de narcóticos y farmacéuticas) cómo se gestó una crisis con la que muchas personas se han hecho millonarias. Y que ha devastado a miles de comunidades de todo el país. Con una narración clásica, la serie se va moviendo a través del tiempo para cubrir las últimas décadas, convirtiéndose en una obra entretenida y didáctica.


29. Wandavision (Disney +)

Todo aquel que me conozca sabe que no soy, precisamente, el mayor fan del Universo Cinemático de Marvel. Y ello no se debe a que la mayoría de películas que lo componen me parezcan malas, siendo honestos, tampoco es que me parezcan buenas, sino a que ni me interesan ni me entretienen. Sin embargo, Wandavision sí lo hizo. Sobre todo lo primero. La historia de la Bruja Escarlata se disfraza de cóctel metarreferencial y de carta de amor al medio televisivo para acabar hablándonos de la mayor de las emociones humanas: el amor. Personajes con profundidad, sátira multigenérica bien hilada y, ante todo, Kathryn Hahn, que no mató a Frozen pero sí a Sparky. 


28. Hierro (Movistar +)

Llega a su final la serie canaria de Portocabo, que en su primera temporada fue una grata sorpresa y en su segunda entrega se confirmó como uno de los mejores dramas españoles de la última década. La historia de una jueza que llegue a El Hierro y se ve envuelta profesional y personalmente en los conflictos de la isla y en una trama criminal, nos ha dado no solo personajes y tramas interesantes, sino una forma de entender el espacio narrativo que debería crear escuela. Hierro no huye de su espacio, ni lo enmascara en nombres falsos, ni renuncia a su cultura propia. Hierro coge una isla especial, actores locales y la forma en que fluye la vida en ese espacio y monta su historia en torno a todo ello. Y se nota. Para hacer un producto global no hay que renunciar a lo local, hay que potenciarlo. 


27. El ferrocarril subterráneo (Prime Video)

Uno de los cineastas más interesantes del panorama estadounidense de la última década, Barry Jenkins (MoonlightEl blues de Beale Street), lleva al audiovisual seriado una novela ganadora del Pullitzer sobre la huida de esclavos afroamericanos desde los estados sureños al Norte. Desde luego el proyecto sonaba potentísimo. Prime Video no escatimó en dinero. Y se nota. La ambientación es exquisita y el inmenso don de Jenkins para componer imágenes poderosas nos regala secuencias sobrecogedoras. Sin embargo, la miniserie pasó muy desapercibida y su recorrido en los premios también está siendo mediocre. Estaba llamada a dar a Prime Video el mismo prestigio que le dan a HBO sus grandes miniseries, pero no ha sucedido. ¿Los motivos? Una adaptación del libro extremadamente fiel. Jenkins no se ahorra ni un solo capítulo del vía crucis de Cora, una joven esclava que lucha por su libertad mientras es perseguida por un cazarrecompensas. Y eso hace que la serie adquiera un ritmo extremadamente lento con paisajes farragosos. A mayores, una cosa es leer desgracias y otras verlas en pantalla, retratadas en todo su salvajismo. En ocasiones se hace difícil aguantar la mirada y uno llega a creer que no hay esperanza. Por todo ello, El ferrocarril subterráneo es una obra a veces hipnótica y por momentos aburrida. Pero siempre profundamente poética en su retrato del horror.


26. Secretos de un matrimonio (HBO Max)

Hagai Levi (En terapiaThe Affair) se ha erigido en el gran autor de dramas psicológicos seriados. De ahí que pueda tener sentido que quiera atreverse a adaptar al, quizás, mayor cineasta del drama psicológico: Ingmar Bergman. Su Secretos de un matrimonio es claramente diferente a la de Bergman. Está escrita (y rodada) con menos garra, se nota más artificial, hace menos daño, tiene menos ideas. Y aún así sigue siendo una miniserie interesante y que va de menos a más. Sus dos primeros capítulos no me interesan demasiado, hacen una aproximación al "fin del amor" mil veces vista. A partir del tercero, en cambio, da un salto de calidad y sus dos excelentes intérpretes están soberbios, arrancándose la piel a bocados. El amor no muere, ni aunque lo entierres. 


25. Ted Lasso (Apple TV)

La primera temporada de Ted Lasso, una serie centrada en un entrenador de fútbol americano que es fichado por un equipo de fútbol de la Premier League en crisis, fue un pelotazo inesperado. Crítica, público y premios se rindieron a ella. Por lo tanto, la segunda tenía el listón alto. Lo cual, unido a un arranque un poco inane, encendió algunas alarmas. Sin embargo, tras el especial navideño la serie despegó, apostando por los conflictos psicológicos de Lasso y su reverso oscuro, Nathan, situando la salud mental en el centro de la serie de una forma emocionantemente natural. Todo ello sin perder ni un gramo del encanto que caracterizó a la primera entrega. Sin embargo, me parece indudable que la serie ha sacrificado parte de la comedia para apostar decididamente por el drama y lo que antes era una dramedia que tendía más hacia la comedia y el happy place, ahora es un drama adulto con pinceladas cómicas. Y no tengo muy claro qué opinar al respecto de esta evolución, más allá de que la serie sigue funcionando y su galería de personajes secundarios es fabulosa. 


24. Star Trek: Discovery (Pluto TV)

Lo he dicho en años anteriores, no debería repetirme pero no puedo evitarlo, Discovery es la serie más profundamente humanista del audiovisual actual. Y, quizás por ello, también la más optimista. En tiempos oscuros y, desde luego, estos dos años pandémicos lo han sido, es profundamente reconfortante tener un espacio semanal en el que evadirte del mundo real e imaginar un universo mejor. Visualmente sigue siendo preciosa, el infinito cariño que desprende por sus personajes resulta conmovedor y sus historias y aventuras ahondan en algo tan importante desde el cine mudo: la sensación de maravilla.


23. Perni (Filmin)

En esta casa siempre estamos a favor de las ficciones nórdicas. Perni es una dramedia protagonizada por una trabajadora social que a la vez que lidia con los problemas de personas en riesgo de exclusión social, tiene que gestionar los conflictos en el seno de su familia y su conversión en una mujer madura. Lo que hace la serie tan disfrutable es una protagonista total y absolutamente deliciosa con la que es imposible no empatizar. La galería de secundarios, desde su excéntrico padre hasta su potencial interés amoroso, ayuda a enriquecer la historia de una mujer cariñosa e ingeniosa pero también llena de miedos. Una mujer gloriosamente imperfecta. 


22. Reservation Dogs (Disney +)

Un grupo de jóvenes nativo-americanos pasa los días cometiendo pequeños robos, con el objetivo de financiar su huida a California. A medio camino entre el drama social y la comedia absurda, Reservation Dogs explora la discriminación sistémica de los pueblos originarios en USA. Así como los problemas sociales que se han enquistado en dichas comunidades: el juego, el alcoholismo, la delincuencia, etc. Los dos primeros capítulos resultan menos interesantes, pero después se convierte en un fresco emocionante. Elevándose cuando cada uno de los cuatro protagonistas interacciona con los adultos que los rodean. Sus madres, sus padres, sus tíos, amigos de la familia... 


21. Mythic Quest (Apple TV)

Las workplace sitcoms nos han regalado algunas de las mejores comedias de todos los tiempos: 30 Rock, The Office, Parks and Recreation... a la infinita lista hay que sumar ya a Mythic Quest. Esta serie, ambientada en las oficinas de un videojuego online de éxito, es un despiporre. La clave, como en muchas de estas comedias, no está en lo que cuenta: cómo se idea, desarrolla, testea y gestiona un juego de éxito, sino en sus personajes y las dinámicas que se establecen entre ellos. Sus capítulos embotellados ambientados en el pasado son, simplemente, sublimes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.