GAME OF THRONES
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Aviso, hay spoilers hasta el 4x09 |
Este domingo HBO emitió el noveno capítulo de la cuarta temporada de Game of Thrones. El penúltimo de este 2014,
The Watchers of the Wall, un
capítulo burbuja que parece extraído del libro, una especie de hiato en la forma
de narra que tiene la serie, siempre iluminada por múltiples focos de calor. Así,
el capítulo gira única y exclusivamente sobre una trama, la de los guardianes
de la noche defendiendo el muro frente a los salvajes y el ejército de Mance, con
Jon Snow y Sam de protagonistas. También supone, por ser precisamente el
noveno, una mutación de la estructura de las temporadas de la serie. Hasta
ahora las grandes tramas de Game of
Thrones avanzaba todos los años hasta culminar en el penúltimo capítulo,
lleno de bombas, muertes y cambios de profundidad en el tablero de ajedrez. Sin
embargo, este año no. The Watchers of the Wall no es el heredero natural de Baelor (1x09), Blackwater (2x09) y The
rains of Castamere (3x09). Ni lo es ni pretende serlo, creo. Es más una
rara avis, una perla de cine bélico, fría y enérgica. Se nota la mano de Neil Marshall, que ya había dirigido el
superlativo Blackwater hace dos años, y que en esta ocasión vuelve a imprimirle
a la serie un estilo visual frenético que difiere del habitual, más pausado,
más reflexivo. Sin duda, el capítulo no podría estar mejor dirigido, resultar más trepidante.
Pero, a pesar de todas las bondades del
episodio, que no son pocas, teniendo en cuenta lo difícil que es hacer mucho
con poco, resultar espectacular lidiando con presupuestos muy alejados de los
que tienen las grandes superproducciones cinematográficas, a pesar de todo eso…
ay, me ha sabido a poco. Y aquí es cuando nos topamos con una de las
amenazas vitales más crueles… las jodidas expectativas. Cuando acostumbras al
espectador a que en un determinado momento le va a explotar la cabeza, y al
final no pasa, es inevitable que se sienta decepcionado. Con esto no quiero
decir que Game of Thrones haya traicionado una especie de pacto narrativo con los espectadores, simplemente
que al mutar su estructura puede generar insatisfacción. Visto ahora, ¿no
hubiera sido mejor que el capítulo 8 hubiera sido el 9 y viceversa? Los
primeros 7 minutos del octavo, The Mountain and the Viper, centrados en el muro
bien podían haberse incluido en el séptimo, y dedicar el octavo a este capítulo
embotellado que narrara el asalto al muro. Así en el noveno hubiéramos vuelto
al sur con el apoteósico combate a vida o muerte como cima. Creo que hubiera
sido más justo con la estructura de la serie y también con el relato que ha
desarrollado esta temporada tan centrada en Tyrion Lannister.
Sin embargo, es verdad que esta
temporada ha sido desde el inicio diferente a las anteriores. En las otras tres
había una cima al final del primer tramo de la temporada (por ejemplo el 3x04
presidido por el famoso “Dracarys” de Daenerys), y la gran cumbre en el
penúltimo capítulo, siendo la season finale
un epílogo. En cambio este año, la primera escalada la plantaron Benioff y
Weiss ya en el segundo capítulo, The
Lion and the Rose, con la Boda Púrpura. La segunda gran montaña la subimos
en el sexto, The Laws of Gods and Men, con el juicio a Tyrion.
Y la tercera en el octavo, el ya mencionado The Mountain and the Viper, con el combate entre la Montaña y Oberyn. Todo esto sin contar que es
perfectamente posible (yo apostaría todo mi oro a ello) que el último capítulo en esta ocasión no sea un epílogo
de lo que vino y un prólogo de lo que vendrá, sino una season finale con sus giros de calado, más próxima al estilo clásico que al estilo The Wire, como hasta ahora. De este cambio de progresión narrativa
se desprenden un par de cosas interesantes. Por un lado, al estar el devenir de
Tyrion fuertemente unido a los tres grandes episodios de la temporada, y a las
grandes secuencias de estos: las de la Boda Púrpura, la del juicio y la del
combate, se consolida la sensación de que ha sido más que nunca su temporada, y
sobre todo que es el corazón de la serie. Esto obviamente es mi opinión, para
mucha gente el corazón de la serie es Daenerys o incluso Jon (que los 3 son el
centro de la historia a largo plazo está bastante claro). Por otro, es curioso
observar como los títulos de los tres capítulos son bifrontes y que están
enfrentados, casi en forma dicotómica, los leones Lannister frente a las rosas
Tyrell, los hombres y sus leyes que son papel mojado, frente a los dioses
teóricamente justos, y la barbarie que representa la Montaña frente al, también en la práctica justo, Oberyn. Al final, Game of Thrones, no deja de ser la lucha de un hombre contra otro
por el poder. El hombre es un lobo para el hombre, apostándolo todo al noveno
capítulo o no.
Buen análisis, la verdad es que a nivel técnico a estado impecable, aunque yo sigo prefiriendo Blackwater como episodio bélico favorito.
ResponderEliminarSin embargo, también creo que no habría pasado nada si esta batalla la ponían antes. Durante toda la temporada se la pasaron con que "ya viene, hay que prepararnos" que al final me dejó la sensación de retrasar la batalla innecesariamente. Entiendo que querían hacer un paralelismo con el noveno de la segunda, pero no era lo mismo, y efectivamente, el anterior habría quedado mejor como el 9.
No obstante, todo parece indicar que nos espera el mejor final de temporada de toda la serie.
sí a mí también me sigue gustando más Blackwater, a la mayoría de la gente le ha encantado este capítulo, a mí también conste, pero aunque esté dirigido incluso mejor que Blackwater el guion es peor, no tanto que sea peor, simplemente que no cuenta cosas tan interesantes. Dicho todo eso, no queda ya nada para la finale :))
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