jueves, 1 de marzo de 2018

Los No Oscar 2017 II: Guion adaptado y Guion original


GUION ADAPTADO

5. Alice Birch por Lady Macbeth
Lady Macbeth es una película que nunca le da al espectador lo que quiere o espera. La protagonista pasa de potencial víctima a potencial villana. Los personajes son egoístas y no están escritos para generar empatía y las dinámicas que se establecen entre ellos siempre implican alguna clase de dominación. Birch ha venido a jugar y a dar un par de puñetazos en la mesa.

4. Sofia Coppola por The Beguiled
El gran encanto de esta película reside en las frases sibilinas que van tejiendo el drama psicológico que termina por estallar en su último acto. Coppola construye desde el guion un escenario angustioso, donde un grupo de mujeres a la deriva se ve sacudido por la presencia de un hombre dispuesto a jugar con ellas con tal de conseguir lo que desea. The Beguiled es na obra cínica y retorcida sobre el poder que ejercen los hombres. Y las resistencias más perversas que pueden hilar las mujeres.

3. James Gray por The Lost City of Z
Era harto difícil adaptar un libro que cubre tantos acontecimientos y abarca tantos años. Sin embargo James Gray, uno de los cineastas más importantes del cine estadounidense actual, ha sido capaz de superar el reto con nota. The Lost City of Z logra plasmar el espíritu explorador de sus protagonistas, conduciendo al espectador a través de un viaje hacia la locura por lo más oscuro y misterioso de la selva.


2. Hampton Fancher y Michael Green por Blade Runner 2049
Fancher y Green tuvieron que enfrentarse a una misión suicida: recoger el guion de un clásico del cine y expandir su universo, siendo sumamente respetuosos con el material original, pero teniendo que proponer ideas nuevas. Sorprendentemente salieron bien parados, gracias a que supieron darle empaque emocional a sus protagonistas y ahondar en el fascinante mundo de los replicantes. Aunque el libreto tiene sus puntos débiles (el villano, el enigma de la identidad del personaje principal…) y nos deja a las puertas de una (quizás futura) película aún más interesante, no se pueden menospreciar todos sus aciertos narrativos y discursivos.


1. Rian Johnson por Star Wars: The Last Jedi
Si lo de Fancher y Green era una misión suicida, lo que ha hecho Rian Johnson con el Episodio VIII de Star Wars es directa e intencionadamente kamikaze. Johnson desembarca en Universo Star Wars cuestionando la pertinencia y validez de uno de sus pilares fundamentales: la religión/filosofía/ideología Jedi. Además, el cineasta tomó la decisión de situar a personajes femeninos en el centro del relato (y en el centro de la lucha por el poder). Ambas decisiones provocaron el aplauso casi unánime de la crítica y las críticas furibundas de una parte de los fans dogmáticos de la saga. Se le pueden achacar muchas cosas a Johnson, pero la falta de agallas no es una de ellas. Ha llegado a Star Wars para sacudir el tablero. Este primer puesto es una reivindicación del poder de los blockbusters como constructores de (la) realidad.


GUION ORIGINAL

5. Nacho Vigalondo por Colossal
El guion de Colossal es una de las piezas de escritura más arriesgadas, ingeniosas y provocadoras de los últimos tiempos. Lo que comienza siendo una fábula de ciencia ficción sobre una mujer a la deriva, va poco a poco convirtiéndose en un thriller psicológico sobre el maltrato y la dominación patriarcal. Cuando parecía que Vigalondo iba a acabar convirtiéndose en un autor frustrado, da a luz a su mejor obra. Joya a reinvindicar.

4. Kogonada por Columbus
El salto de Kogonada al largometraje de ficción ha sido todo un éxito, no sólo por su poder visual, si no también, o más bien, sobre todo, por su capacidad de escribir personajes complejos y diálogos hermosamente reflexivos. Columbus es un tratado sobre cómo los espacios que habitamos influyen en nuestras emociones, cómo la arquitectura puede tener un poder curativo. Para construir algo así hay que ser muy inteligente y estar dotado con una sensibilidad especial.

3. Steven Rogers por I, Tonya
A la vista de las nominaciones a los Oscar y de la carrera de premios, es posible que Rogers se quedara a las puertas de la nominación por esta inflamable sátira sobre la letra pequeña del sueño americano. La historia real de la patinadora Tony Harding permite a Rogers meter el bisturí en alguno de los mantras sobre los que se asienta el sistema social, político y económico de Estados Unidos: si eres el mejor, triunfarás. Rogers combina el falso documental, con constantes saltos temporales para reconstruir el entorno caótico y peligroso de Harding y "el incidente".

2. Paul Thomas Anderson por Phantom Thread
El guion de Phantom Thread es pura sutileza, tan sibilino y fascinante como sus personajes. Paul Thomas Anderson ha cocinado, ya desde el guion, un amour fou en el que el espectador va viendo, paso a paso, cómo los amantes se devoran entre sí, en una partida a muerte. El manejo de la tensión y cómo se van desvelando las aristas de los personajes y la complejidad de sus relaciones son sobresalientes.


1. Robin Campillo y Philippe Mangeot por 120 battements par minute
Escribir una obra a la vez dolorosamente íntima y rabiosamente política tiene mucho mérito. Campillo y Mangeot abordan el activismo social desde la perspectiva de los enfermos de SIDA (y sus aliados) en la Francia de Mitterrand. 120 bpm aporta un glosario de acciones y estrategias políticas, un manual de confrontación contra enemigos que se sitúan en el centro del sistema de poder: el Estado, las farmacéuticas... Los guionistas logran que lo que podría ser un drama político frío, se convierta en una historia de amor, en una historia de camaradería y en una historia de lucha. Los diálogos son tan reales como la propia vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.