martes, 21 de junio de 2016

The Queen in the North

GAME OF THRONES - The Battle of the Bastards


Spoilers de Game of Thrones hasta el final del 6x09


Este domingo se emitió en Estados Unidos (y en gran parte del mundo) el noveno capítulo de la sexta entrega de Game of Thrones, el mayor fenómeno seriéfilo de la televisión actual. La expectación estaba por las nubes desde que HBO hiciera públicos los títulos de los capítulos de la segunda parte de la temporada. The Battle of the Bastards dejaba poco lugar a la especulación, la pelea entre los hijos bastardos (ejem) de Ned Stark y Roose Bolton, dilucidaría de esta forma quién gobernaría en el Norte, si los malogrados, apaleados y pisoteados Stark, clan que reinó en dicho territorio durante siglos, o los Bolton, que aliados con los Lannister se habían hecho con el poder mediante la cruel masacre llevada a cabo en la Boda Roja (3x09). Para rodar esa lucha encarnizada a vida o muerte HBO, los showrunners Benioff y Weiss llamaron a Miguel Sapochnik, el hombre detrás del capítulo mejor rodado de la serie, Hardhome, el asalto de los muertos a Casa Austera (5x08). Y para construir el relato optaron, sabiamente, por hacer girar el episodio únicamente sobre dos tramas: por un lado la batalla en el Norte, por otro, la consolidación del poder de Daenerys en el Este, más allá del mar Angosto. Así, un episodio que estaba llamado a ser protagonizado por dos hombres: el invencible (resurrección mediante) héroe, Jon Snow, y el pérfido villano, Ramsay Bolton; acabó siendo okupado por tres mujeres: Daenerys Taragaryen, Yara Greyjoy y, sobre todo, Sansa Stark.

Game of Thrones ha construido, a lo largo de todo el relato, a varios personajes femeninos que luchan, en un mundo rabiosamente misógino, por empoderarse. Ha sido, sin duda alguna, una de sus principales aportaciones a nivel de impacto social. Conquistar para las mujeres el terreno de la fantasía medieval es un logro inmenso y uno de los motivos por los que Game of Thrones será recordada como una de las grandes ficciones televisivas de nuestro tiempo. Así, The Battle of the Bastards ha mezclado los mejores elementos con los que cuenta la serie: espectacularidad, tensión, drama familiar y una clarividente reflexión sobre el poder y sobre las estrategias para conquistarlo o retenerlo.

Daenerys ha puesto fin, mediante el uso de la fuerza, a la rebelión de los esclavistas. Por fin, tras demasiado tiempo, todo sea dicho, controla definitivamente las ciudades libres. Tras el fracaso de la estrategia de Tyrion, pactar con los esclavistas, Daenerys ha frenado la rebelión de los mismos gracias a sus dragones y a su ejército doothraki. Ha terminado la travesía por el desierto, la Khaleesi está lista para cruzar el Mar Angosto y conquistar Poniente. Para ello ha sellado un pacto con Yara Greyjoy, que le facilitará barcos, le prometerá fidelidad y renunciará a que las Islas del Hierro sigan viviendo a base de saqueos y asaltos en el mar. A cambio Daenerys se asegurará de que Yara controle dichas Islas, rechazando la futura oferta de su tío Euron. Daenerys combina así el uso de la fuerza y la capacidad de pactar, ataque y consenso, en una estrategia de poder que busca situarla a ella sobre el Trono de Hierro.


Si todas las tácticas que pone en marcha Daenerys parecen, a priori, acertadas, justamente lo contrario le ocurre a Jon Snow. A pesar de los sabios consejos que le da Sansa en una maravillosa discusión en penumbras, Snow comete todos los errores que podría cometer en su planteamiento de la batalla contra Bolton. El problema de Jon Snow es que no es un estratega, jamás ha ambicionado el poder, sino que su ejercicio le ha llegado casi por accidente. Si a eso le sumamos que se deja llevar por sus sentimientos en un mundo feroz, lo cual ya le costó su propia muerte, y que además no atiende a consejos, el resultado es un líder que no sabe liderar y al que siguen por su honradez y nobleza, no por su inteligencia o dotes estratégicas o discursivas. Si Daenerys cimienta sus ambiciones sobre la premisa de que sería una buena reina, una líder justa, Jon esgrime que es el hombre que hace siempre lo correcto moralmente, aunque no sea lo más astuto. El problema es que Poniente no es un territorio para hombres buenos. Por eso cae en las trampas que le tiende Ramsay Bolton, su antítesis a todos los niveles: pérfido, retorcido, malicioso, ingenioso y ególatra (su perdición). Era imposible para Jon salvar a Rickon en medio de una cacería fríamente planificada por Bolton y aún así desmonta toda su táctica de esperar al ataque de Bolton para intentar rescatar a su hermano. Una operación suicida. A partir de ahí se pone en marcha una batalla cruenta y asfixiante en la que el ejército de los Stark se ve rodeado y masacrado por el de Bolton.


Por suerte para Jon Snow, a su lado, aunque él no acabe de verla como una igual, está Sansa, aquella adolescente de la primera temporada, frívola y banal, que ha terminado por convertirse en una mujer astuta, inteligente, calculadora y valiente. En paralelo a las negociaciones de Snow con el resto de clanes del Norte, Sansa pone en marcha una estrategia doble: coaligarse con Meñique y pedir ayuda a los Tully. Así, gracias a ella, Gandalf Meñique, llega con la primera luz del quinto día justo a tiempo, para destruir las filas de Bolton y cambiar drásticamente el rumbo de la batalla. Las complejas dinámicas de seducción, poder y manipulación entre Sansa y Meñique aún tienen mucho terreno para evolucionar. Sansa es el producto de un mundo violento e impredecible dónde no te puedes fiar de nadie. Durante todo su trayecto vital ha estado en manos de los dos actores más despiadados del relato: Joffrey y Ramsay; y se ha relacionado con los dos estrategas más brillantes: Tyrion y Meñique. El resultado de todo este proceso lo hemos podido ver a lo largo de toda la temporada, germinando definitivamente en la secuencia final entre Sansa y Ramsay, cuando ésta observa directamente cómo los perros devoran al hombre que la violó y la destruyó emocionalmente. Una catarsis salvaje en un mundo salvaje. Los Stark están de vuelta, Jon Snow es un héroe, pero Sansa es la verdadera, The Queen in the North. Tiene todas las aptitudes para ser una gran gobernante en tiempos convulsos.

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