miércoles, 18 de diciembre de 2013

El sexo es relevante

MASTERS OF SEX


Diosa y Masters

Masters of Sex ha sido la revelación del otoño, el gran estreno de lo que va de temporada televisiva (sí, creo que es mejor que Orange is the new black) y quizás el mejor estreno del año (House of Cards, The Americans y alguna serie no americana, tendrán algo que decir al respecto). Montado el hype y otorgados todos los cargos cual Khaleesi de las series nuevas que es, ha llegado el momento de decir que Masters of Sex es una serie deliciosa. Siempre he creído que el concepto delicioso además de mariconero y rimbombante no significaba nada, pero es que no se me ocurre otro adjetivo, Masters of Sex es una delicia, divertida, ágil, profunda, estable, redonda… Podría seguir lanzando piropos, Lizzy Caplan y Allison Janney se los merecen todos, pero voy a destacar tres cosas que han marcado la primera temporada de la nueva serie de Showtime, y que la convierten en una serie relevante en el panorama actual.

1. El sexo (faltaría más)
Masters of Sex se lo jugaba todo en la forma en que decidiera tratar y retratar el sexo. Está en su título y entorno a él gira la serie, lo cual es ya de por sí una novedad, un acto de valentía. Y ha caído de pie. La serie de Michelle Ashford (¡bien!l as showrunners en los dramas del cable brillan por su ausencia) trata el sexo con delicadeza pero sin rodeos, de forma natural, sin aspavientos pero configurando el acto sexual como un acto humano relevante. El sexo es importante, el sexo no es “sólo sexo”, un planteamiento que se ha instalado en nuestra sociedad, en la que hemos vaciado al hecho sexual de contenido, como si el sexo fuera equiparable a tirar la basura o tomarse una caña. Intentando borrar los prejuicios y los tabúes en torno al sexo hemos terminado por emborronarlo. Pocas cosas hay más hermosas y profundas que el sexo en la vida de los seres humanos. Pocas son tan complejas, configuradas por tantos factores internos y externos, físicos y emocionales, que surgen en las entrañas o que vienen del cerebro. El sexo es importante, por eso es importante investigar sobre sexo, hablar sobre sexo ya no sólo desde el humor (eso siempre), sino de forma seria, como elemento fundamental de nuestra vida que es, y practicar sexo. Y todo eso se narra en Masters of Sex con mucho cuidado pero sin tapujos, abordar el sexo como epicentro, devolviéndolo a un lugar de relevancia es sin duda el gran éxito de la serie.

2. El punto de vista femenino
Reto a quién sea a que analice el sexo en las series de la sacro santa HBO, por ejemplo. Lo que se encontrará, además de que es bastante superficial, es que está planteado desde una perspectiva masculina (todo esto no se aplica a Girls, claro), lo cual explica quizás por qué es tan superficial, por lo menos si hacemos caso a Masters of Sex que en su season finale nos deja claro que las mujeres son sexualmente muy superiores a los hombres (como hombre eso me está atormentando profundamente, jamás llegaré a experimentar el sexo en toda su grandeza y complejidad… es duro de cojones). En cambio el sexo (y la serie en general) en Masters of Sex se aborda desde una perspectiva femenina, son ellas las que más disfrutan, son ellas las que dirigen, son ellas las que llevan el mando, las que entienden y experimentan el sexo con más libertad (esto es muy interesante) y pasión. En esta serie los hombres van siempre a caballo de las mujeres, desconcertados, moviéndose a trompicones. Frente al monolito gris que es William Masters (un sólido Michael Sheen), tenemos a ese ciclón de entrega, alegría, pasión que es Virginia Johnson (maravillosa, carismática y atractiva Lizzy Caplan). Y esta ecuación es extrapolable a todas las relaciones entre hombres y mujeres de la serie. Ellas son el corazón (lo cual pasa en muchas series) pero también la cabeza (y aquí es donde radica la novedad), son el motor del cambio.

3. La homosexualidad
Masters of Sex ha abordado la cuestión homosexual, en una época en la que estaba hasta penalizada, a bocajarro, lo cual tiene sentido si tenemos en cuenta que a lo largo de su carrera Masters y Johnson realizaron numerosos estudios al respecto. Por cierto que no lo había dicho, Masters of Sex es una serie muy coherente, lo cual en tiempos de Sutter’s, Shonda’s, Homeland’s etc. es de agradecer. La homosexualidad, el sexo y el amor gay, han dado a la serie alguno de sus momentos más emotivos, también alguno de los más crudos. Yo destacaría ante todo la normalidad con la que es tratado el tema, lo cual no reste ni un ápice de dramatismo, porque al fin y al cabo ser homosexual en Missouri no debe ser fácil aún hoy en día como para serlo en época de Eisenhower. Se plasman en la serie la negación, la aceptación, el miedo, la ira, el intento de cambio, el sacrificio y hasta la autodestrucción. Pero, tan importante como abordar la homosexualidad en los 50 desde el punto de vista del hombre homosexual , es abordarlo desde el punto de vista de la mujer heterosexual que descubre un día que su marido es un queer. Ese vacío que siente esa mujer que ha entregado su vida a un hombre que no puede amarla, ya lo había plasmado Todd Haynes en Far from heaven (película con la que la serie juguetea de vez en cuando, véase el fontanero negro de Libby), pero aquí está incluso más matizado, narrado con aún más precisión.


Allison Janney rompiéndome el corazón y van...

Y hasta aquí, podría haber hecho un post analizando las tramas y los personajes (¡qué reparto más bien escogido oiga!) pero creo que es más interesante hacer un post que no cuente nada para que los que no ven la serie puedan leerlo y quizás verse atraídos por estas cuestiones y decidan ver la serie. De verdad que merece la pena, además de ser una serie profunda es una serie muy divertida, los capítulos se pasan volando, ríes, sufres. Lo tiene todo, esperemos que Ashford siga conduciendo la serie con tanta precisión y cariño en su segunda temporada. 9 meses y restando.

1 comentario:

  1. Yo creo que además de todo esto, es una serie muy bien pensada y parece que estamos en una época en la que esto parece la excepción. Las tramas están trabajadas, cada personaje tiene su lugar y definición, no hay cambios bruscos de guión improvisados, la temporada ha mantenido el ritmo y la coherencia hasta el final. Y podríamos hablar de Allison Janne y Lizzy Caplan hasta el fin de los días, pero Sheen está espléndido y el resto de secundarios tampoco hacen sombra. ¡Ganas de que empiece la segunda temporada!

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